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Mostrando las entradas de junio, 2012

Baby fútbol MOP: fiesta en el gimnasio Silva

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Equipos DGA y Vialidad damas MOPENSES La jornada final de las competencias de balompié de salón en el marco del 125° aniversario del Ministerio de Obras Públicas, será recordada como un evento que no sólo reflejó y refleja un gran espíritu deportivo, sino que a la vez como un encuentro que validó y valida el sentido de amistad y de diversión que, de una forma adecuadamente organizada, podemos disfrutar. Fue el día miércoles 20 de junio durante unas generosas horas de la gélida tarde. Llovía un poco, pero no importaba mucho. Eran cerca de las tres de la tarde, iba sin paraguas (¡¿para qué?!) y con mi bolso que acogía la máquina fotográfica que regularmente ocupo para inmortalizar casi todas imágenes que el artefacto es capaz de reproducir (aunque no todas finalmente pasan a ser inmortales).

Baby fútbol femenino MOP: ¡¡excelente chiquillas!!

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Equipo DGA   MOPENSES El 125º aniversario de nuestro ministerio me pone en un lugar de privilegio como seguidor del balompié: un pentagonal donde los varones hemos sido testigos de la alegre pasión y entrega que un grupo importante de jóvenes mujeres han puesto para que recordemos el torneo en que participan como algo muy superior a la idea clásica de la "anécdota estadística". En otras palabras, "encanto de mujer". La opinión es unánime entre los especialistas al hacer una comparación entre la forma de jugar fútbol o baby fútbol de los hombres y la forma jugar fútbol o baby fútbol de las mujeres: los hombres son más rudos para jugar, más individualistas (por no decir ególatras), más gritones, más pillos, más reclamones y le sacan el máximo provecho al aspecto físico, sobre todo a la velocidad. Evidentemente estamos hablando en un plano aficionado, porque si los varones aplican este mismo criterio en el plano profesional, donde las cosas tienen que ser ...

The Mamas & The Papas y el chofer del Transantiago

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EN TERCERA CLASE Una curiosa pelea varió una lectura interesante. No fue una situación particularmente agradable, pero al menos sirvió para analizar, una vez más, la curiosa fauna santiaguina. El miércoles reciente fue un día como tantos otros en la vuelta a casa. Como de costumbre el Transantiago es el ineludible -y también muy criticado- medio de transporte para aquella vuelta a mi hogar. En síntesis, algo normal, algo absolutamente cotidiano, nada del otro mundo. Eran cerca de las 19.15 horas.