Un joven policemaníaco

The Police (sitio radio Futuro)
Por Gonzalo Figueroa Cea

6 de julio de 2019

Ferenc Mancilla tenía 16 años cuando le picó fuerte el «bichito» de la policemanía. The Police, la banda de rock liderada por Sting, se había separado oficialmente hacía algunos años, pero ya había alimentado tanta atracción en Ferenc que, poco a poco, el joven se fue familiarizando más con su arte pero a su vez con cierta farándula referida al popular grupo británico.

Al respecto, el muchacho contaba un antecedente no menor: el mito de las actuaciones de The Police en el Festival de Viña del Mar en 1982. Él tenía 10 años en ese momento y, si bien es cierto por entonces le generaba más interés el fútbol y particularmente el Colo Colo de Osbén, Caszely y Vasconcelos, algunos «tips» que supo sobre el conjunto ya le causaban morbo: «es que los han pelado mucho porque llegaron hablando en contra de la dictadura de Pinochet», «es un grupo interesante, pese a que obtuvieron el premio limón», «es altanero, arrogante y simplón», y otras opiniones, algunas halagüeñas y otras nada benevolentes.

Años después, con el boom del rock latino -o el pop latinoamericano, como también se le denominó- supo que un conjunto chileno llamado Banda Metro los imitaba y que a dos populares agrupaciones del rock argentino: Soda Stereo y G.I.T. se les reconocía influencias provenientes del grupo inglés encabezado por Gordon Matthew Sumner, alias Sting. De este modo, fueron sumándose los motivos para gustarle más la música de aquel trío, que ya era historia.

De hecho, sumadas a las opiniones de los días del Festival de Viña del Mar de 1982, el joven escuchaba nuevos e involvidables pareceres sobre el legendario conjunto en aquel paso por Chile: «hizo el mejor show de rock jamás visto», «fue una verdadera jam session en la Quinta Vergara». Por si fuera poco, el grupo brasileño Os Paralamas do Sucesso -un auténtico suceso en su país- le gustaba también a Ferenc y le sonaba a The Police.

En consecuencia, el pic de aquel interés, previo a las primeras grabaciones y la compra del primer caset, llegó en 1987 con la visita de Sting como solista a Argentina. La crítica especializada en espectáculos y los programas de televisión dedicados a la música popular elogiaban la propuesta del británico, ya conocido por haber desarrollado el eclecticismo en The Police con fuertes dosis de ska y reggae, y el jazz rock en solitario con músicos de raza morena, con tal éxito que el mismísimo Miles Davis llegó a molestarse. Ferenc quedó deslumbrado con algunos videoclips de la época del primer disco de The Police, particularmente los de las canciones «Roxanne» y «Can´t stand losing you».

Admiración creciente

Ese asombro tuvo mayor fuerza con una expresión muy simple, provista por un locutor radial: «después del rock progresivo, estos tres músicos: el guitarrista Andy Summers, el baterista Stewart Copeland y el bajista y cantante Sting, demostraron una vez más que con tres instrumentos es posible sonar como una orquesta y hacer cosas maravillosas». Un amigo de Ferenc, Belfor Samalea, quien al igual que él practicaba natación en un recinto deportivo del barrio, se compró un bajo, admiraba a Sting y saltaba como él mientras tocaba el bajo. «Este gallo es seco», exclamaba su amigo, quien tenía un interés bien serio en armar una banda de jazz rock estilo Fulano.

Ya a los 17 años de edad, momento bisagra de todo muchacho o muchacha, Ferenc quería parecerse un poco a Sting, aunque era muy jovencito, con un 1.70 de estatura y el pelo castaño oscuro. En esa época, con los escasos recursos tan propios de un estudiante de secundaria, se fue a cortar el pelo muy corto (valga la redundancia) y lo dejaron con una chasquilla lo suficientemente larga como para que él se escrespara algo con agua y jabón. Lo curioso es que no logró parecerse a Sting, más bien parecía una versión latina de Rick Astley con la delgadez de David Gahan.

En 1989 Ferenc fue a un paseo de curso de final de año, el que tuvo lugar en Reñaca. Allí fue a jugar pool con un par de amigos, disfrutar de la playa junto con mirar allí a las muchachas, compartir una fogata en la noche con todos los compañeros y compañeras y, en la previa, mientras se duchaba y arreglaba, poner a todo volumen «Ghost in the machine» en su radio caset, escuchado desde la hermosa cabaña que arrendaron los apoderados de los chicos y las chicas de ese tercero medio.

Ferenc no es homosexual, pero en esa misma época una amiga le obsequio un póster gigante de Sting, donde éste aparecía mojado y con un buzo submarino puesto de la cintura para abajo, tan ceñido que se le notaban los testículos. Sus amigos nunca cesaron de lanzarle bromas mientras tuvo el enorme papel a color del cantante pegado en una pared de su dormitorio.

En el cajón de su velador, en  tanto, tenía guardado los casets de sello correspondientes a los cinco álbumes de The Police, otro de grandes éxitos y tres de los trabajos solistas que por entonces había publicado Sting. Gozaban de un espacio privilegiado junto a otros de Pink Floyd, Genesis, Rush, Led Zeppelin y Charly García, entre otros exponentes musicales de su gusto.

El momento de gloria para Ferenc llegó en octubre del año siguiente: Sting llegó a Chile con su banda para participar en el Concierto de Amnesty Internacional «Desde Chile una abrazo a la esperanza», realizado en el Estadio Nacional y donde el rubio cantante deslumbró a sus seguidores mediante un repertorio de éxitos solistas y de su ex banda. Fue uno de los primeros conciertos masivos en democracia y un momento muy emotivo para muchos por el simbolismo en favor de los derechos humanos y en contra de los crímenes de lesa humanidad. …Y para Ferenc Mancilla, un momento inolvidable.

VÍDEO STING EN CONCIERTO DE AMNISTÍA INTERNACIONAL CHILE 1990

THE POLICE FESTIVAL VIÑA DEL MAR 1982

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