Paulina Apud: menuda mujer de gran temple

Paulina Apud, al centro
(foto gentileza entrevistada)
MOPENSES
La destacada deportista y funcionaria de Vialidad ha sabido imponerse y sobresalir de las adversidades, tal como cuando juega al fútbol.

Paulina Apud Lues ha sido una gran impulsora del fútbol femenino en el MOP. Su alta motivación y liderazgo han sido el motor de distintas iniciativas deportivas. En el balompié es figura de la Dirección de Vialidad y de la selección femenina ministerial.  


Esta mujer, de menuda figura, destaca por su temple, que le ha servido no sólo para sobreponerse a las adversidades propias de la competencia deportiva, sino de la vida. Una fractura durante un partido de futbolito, a fines de 2013, constituyó un golpe duro en lo físico y en lo anímico, pero no minó su serenidad para enfrentar con paciencia una larga recuperación, que todavía hoy tiene lugar.

“Es una etapa en que uno dice que hubo un antes y un después. No solamente se te quiebran los huesos: en el fondo se te quiebra la vida. Para quien hace deportes, se le quiebra la vida”, comenta Paulina.

“Uno no tiene que esperar que pasen este tipo de cosas para valorar lo que uno tiene, para amanecer todos los días sonrientes, para dar gracias a Dios de que puedes caminar y que tu familia es un tremendo apoyo”, enfatiza.

Esta hincha de Universidad Católica se declara una madre orgullosa de su hijo, hoy convertido en un hombre que compatibiliza sus estudios con la misma pasión de su progenitora: el fútbol. 

Momento de descanso
selección MOP
(foto gentileza entrevistada)
Paulina trabaja en el área de Calidad de Vida, dependiente de la Subdirección de Recursos Humanos de la Dirección de Vialidad, donde es pieza vital en diversas acciones que contribuyen al bienestar de los vialinos.

-¿Siempre jugaste fútbol?

-Partí jugando vóleibol. Jugué desde los 12 años hasta los 18 por la UC. Entré a la universidad a esa edad y ahí jugué fútbol, que también siempre me gustó. Pero que una mujer jugara al fútbol no era muy bien visto.

Yo estaba en el Físico, en Macul. Pertenecíamos al Pedagógico, pero el Físico es un mundo aparte: estábamos metidos solamente la gente de educación física.

-¿Se fomentaba menos el fútbol para las mujeres?

-Mucho menos. El fútbol estaba directamente vinculado al hombre. El fútbol me apasiona y en buena. Siempre jugaba con amigos y amigas partidos mixtos. Además, en la universidad, la mayoría de mis compañeros eran futbolistas: Juan Gutiérrez, George Biehl, Jaime Pizarro, el “chico” Hoffens, Naín Rostión. Y mi padre era futbolista: jugó en primera por Colo Colo. Por eso siempre estuve ligada al fútbol.

-¿Y cuándo te sentiste en libertad total de hacer fútbol y de fomentarlo?

-Cuando entre al Ministerio. Hacía tiempo que no jugaba a la pelota en un equipo conformado. Jugaba con amigos y amigas los fines de semana pero tarde, mal y nunca. Me invitaron a jugar por Vialidad y decidí jugar. 

Después, junto con Teresa Vásquez, la profesora de educación física del Servicio de Bienestar, se nos ocurrió formar la selección del ministerio. Empezamos a entrenar y jugaba por Vialidad y por la selección del MOP.

-Y empezaron los campeonatos y los logros.

-Sí. Además jugaba con el equipo de mi sobrina. Jugaba harto, al menos todos los fines de semana. Entrenaba como dos o tres veces a la semana. 

-Trato de imaginarme el dolor en el momento que sufriste la fractura pero también, una vez recuperada, tus ganas por jugar.

Marcando a una rival
(foto gentileza entrevistada)
-En el momento no me dolió. No me di cuenta que estaba fracturada hasta que mi sobrina, que estaba parada detrás mío, echó un tremendo garabato. Salté a cabecear sola, sin contacto con nadie. Caí parada. Fue en seco, en una cancha de pasto sintético de San Carlos de Apoquindo y estaba lloviznando. Sentí como cuando se quiebra un hueso de pollo. Pero no dolor. Por los gritos de mi sobrina, ahí recién me miré la pierna. Entendí lo que había pasado: el tobillo estaba todo desplazado hacia el lado izquierdo, tenía fractura expuesta por atrás de tibia y peroné. Ahí me tiré al suelo. Ni siquiera puedo echarle la culpa a alguien.

-Tremendo.

-En ese momento no pensé en volver a jugar. Pensé que no iba a volver a caminar, cuando me vi la pierna, dije “no vuelvo a caminar”. Fue mi primera impresión.

-Para la motivación, eso es letal ¿no?
-Es terrible porque después te dicen que viene en camino la ambulancia y no sabes qué va a pasar. Ahí me empezó a doler, a los 20 minutos era insoportable. Después, en la Urgencia, tuve que esperar tres días para operarme, que te expliquen que te pusieron placas y pernos, y que ya nunca vas a tener la misma capacidad.

Después de casi siete meses desde que me quebré, salí totalmente distinta de esta tormenta. Aprendí a valorar otras cosas: aprendes a valorar tus piernas, aprendes a valorar tu rutina. Estuve cuatro meses en la casa, dos meses sin poder caminar. A mí me daba miedo volver a caminar. Todavía estoy con kinesiólogo, pero pero el objetivo principal es volver a jugar.

Con selección baby fútbol MOP
(foto gentileza entrevistada) 
Según el doctor voy a volver a jugar. Lo que pasa es que yo tengo muy buena musculatura. Yo caminé perfectamente bien a los cuatro meses y subí escaleras. Creo que fueron las ganas las que hicieron recuperarme más rápido. No puedo negar que tuve una ayuda muy importante de varias personas. En ese momento tú te das cuenta de la gente que no pensaste que estaba ahí.

Paulina abrió su corazón para agradecer públicamente, a quien era en ese momento su jefa directa, Ximena Pérez Muñoz (hoy directora nacional de la Contabilidad y Finanzas); a sus compañeros de servicio, Lucy Riquelme Vega, Jorge Pizarro Graniffo, el Servicio de Bienestar representado por su jefa nacional, Berta Carvacho Fernández, Mireya Tourrel y, en especial, quienes contribuyeron directamente a su recuperación: la profesora de educación física Teresa Vásquez Contreras,  la asistente social Flor Orellana Astudillo y la psicóloga Mabel Ramos Negrete, además de los amigos y amigas de siempre.

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