Gonzalo Figueroa Cea: El robusto señor Rock

Genesis: herederos del lado bizarro y dulce de los Beatles más experimentales

El grupo británico se transformó en mi banda progresiva de cabecera a punta de mucho histrionismo vocal, momentos calmos, lapsos románticos, otros abiertamente celestiales, heavy metal y, por cierto, mucha tensión. “Nursery Cryme” (1971) es un álbum que delata este espíritu.

Debo haber tenido unos 10 años de edad cuando descubrí a Genesis y, más o menos 18 años, cuando redescubrí a esta gran banda británica. En el primer caso, el responsable de influir en mi inicial predilección por este conjunto fue el mayor de mis hermanos varones, por aquel entonces en el umbral de terminar su etapa estudiantil secundaria.


La potencia sonora del grupo me llamó muchísimo la atención, pero también el hecho de que el grupo contaba con dos cantantes espectaculares: Peter Gabriel, su primer líder natural, y Phil Collins, quien asumió el rol de vocalista una vez que Gabriel anunció su decisión (escandalosa para los seguidores del grupo) de abandonar a sus queridos amigos. Lo último ocurrió a principios de 1975 tras la extenuante gira del notable long play doble “The Lamb Lies Down on Braodway”.

En el intertanto de aquellos años de inducción a la propuesta genesiana, me llamaba mucho la atención algo que a muchos les sonará ridículo, pero lo encontraba (y lo sigo encontrando) muy entretenido: las tapas de los discos. ¿Mis favoritas? (aunque de calidad de cada disco sea siempre discutible): "Nursery Cryme" (1971), "Live" (1973), "Wind and Wuthering" (1976) y "Duke" (1980). De la portada de este último álbum me causaba mucha gracia el dibujo de la caricatura del gordo mirando hacia afuera frente a una ventana.

En 1990, casi finalizando la enseñanza media, redescubrí a Genesis. Pero me di cuenta de que Genesis era más que dos grandes personalidades. Era un gran conjunto de rock, que tuvo la particularidad de mezclar virtuosismo instrumental, histrionismo vocal (donde el drama y el sentido del humor cabían por igual), momentos calmos, lapsos románticos, otros abiertamente celestiales, heavy metal y, por cierto, mucha tensión…En otras palabras, cinco grandes personalidades en lugar de dos.

Allí el tema ya no eran las tapas de los discos, sino que los misterios en torno a la música del grupo y la historia de éste. Fue un gran desafío rescatar datos acerca de todo eso y, por cierto, conocer mejor la propuesta musical. Saber que los integrantes se conocieron en el colegio -al igual que The Cure, por ejemplo- fue bastante revelador. Regularmente he observado que los conjuntos que se forman en las etapas estudiantiles suelen ser bastante perseverantes.

Herencia beatlesca: lo bizarro y lo dulce

Genesis debe ser el grupo de rock que mejor asimiló la herencia de los Beatles en cuanto a sacarle partido a los aspectos más bizarros -en el sentido de extravagancia- y dulces que los “fab four” imprimieron en su música durante su último lustro de existencia activa (1966-1970).

A lo mejor tuvo que ver el hecho de que los dos conjuntos fueran ingleses. No lo podría asegurar. Si es por eso, pensaría que Kansas es inglés y que The Hollies es estadounidense. Lo curioso es que Kansas es una banda norteamericana que suena como británica y, a su vez, The Hollies, una agrupación británica que suena como estadounidense. Pero eso siempre será discutible.

Lo cierto es que la herencia de los Beatles de finales de los años 60, consistió en la temeraria decisión de alejarse de los sonidos más típicamente del rock and roll. No es que la guitarra, el bajo y la batería dejaran de tener preeminencia, pero había una apuesta arriesgada. A 45 años del germen de esa decisión, somos cientos de millones quienes lo agradecemos y harto.

La propuesta era de por sí interesante: por una parte terminar con el formato de canción en el sentido de unidad. No se trataba de “decapitar” la idea de single, sino que de lograr que un conjunto de temas entrelazados (podían ser unos 5 o seis) sonaran como uno sólo. Por otra parte, la incorporación de secciones orquestadas completas o de instrumentos no convencionales en la música pop en general -como arpa, vientos o más percusiones de las acostumbradas- constituyó otro aporte fundamental.

Sé que es difícil situar un origen exacto del rock progresivo, pero sin duda que los Beatles ayudaron a fomentar cierta masividad del fenómeno -y, por fortuna, de feliz manera-, razón por la cual resulta hasta entretenido hacer el ejercicio -muy subjetivo por cierto (¡¡y que bueno que sea así!!)- de determinar quiénes son los herederos de las diversas tendencias que, en cierto sentido, crearon los cuatro hombres más famosos de Liverpool.

Creo que Genesis representa, como ya señalé, la parte más juguetona y suave de la herencia aludida. Grupos como King Crimson o Van der Graf Generator, o solistas como Brian Eno o David Bowie, se inspiraron en los elementos más experimentales que es posible encontrar en discos como “Sargent Pepper's Lonely Hearts Club Band”, “Abbey Road”, el álbum blanco o “Let it Be”. ¿Pink Floyd?. Quizás los sonidos espaciales. ¿Jethro Tull?. Algún tinte bucólico. ¿Yes y Emerson Lake and Palmer?. Cierto tecnicismo llevado al límite (aunque sospecho que los ELP lo pasaban mejor tocando que los Yes).

"Penny Lane", por ejemplo, tiene un inicio claramente vinculable a Genesis. Los vientos de este mismo tema, quizás, inspiraron a Pink Floyd en algunos de sus temas setenteros. De "Eleanor Rigby" y "A day of the life" se puede decir lo mismo en el caso de King Crimson, aunque los sonidos más extraños y menos convencionales en el ámbito rock, también sirvieron para la inspiración crimsomniana.

Un álbum clave

Para analizar la música de Genesis elegí un álbum clave: “Nursery Cryme” (1971). Se trata del tercer disco en la trayectoria de la banda y, en cierto sentido, aquél que marca un antes y un después respecto de la masividad de ésta.

Genesis, por aquel entonces, era menos popular que Pink Floyd, Led Zeppelin o Yes, pero estaba lejos de representar el estilo de cualquiera de estas agrupaciones y claramente no era su objetivo. Además, era un conjunto más joven: el promedio de edad de los integrantes era de algo más de 20 años.

Si bien es cierto la orientación musical definitiva de Genesis está marcada por el segundo álbum, “Trespass”, y temas como “Stagnation” y “The Knife”, el tercer álbum enfatiza esos atributos: más de seis minutos en promedio dura cada canción o tema, hay una fuerte presencia de guitarras electroacústicas y flauta traversa, y notables lucimientos de todos los instrumentos, sobretodo de batería, guitarra eléctrica y sintetizadores.

Peter Gabriel ya se destaca por sus generosos matices y el grupo ya alinea la formación más entusiastamente aplaudida por sus seguidores más acérrimos: Peter Gabriel en voz y flauta traversa, Tony Banks en teclados, Mike Rutherford en bajo, Phil Collins en batería y segunda voz y Steve Hackett en guitarras.

Hackett se distingue por ser un gran guitarrista, de una llamativa velocidad en cuanto a digitación y de un extraordinario sentido de adaptación tonal en cada tema. Tony Banks, con los mellotrones, moogs y otras maravillas de teclados, domina con su destreza gran parte de las secciones instrumentales. Mike Rutherford, en tanto, es el complemento adecuado para los acompañamientos de cuerda y la marcación rítmica. ¿Phil Collins?, ¡muy creativo!. A veces da la impresión de que hubiera dos bateristas en lugar de uno.

“Nursery Cryme” dispone de siete temas: “The Musical Box”, “For Absent Friends”, “The return of the Giant Hogweed”, “Seven Stones”, "Harlequin”, “Harold the Barrel” y “The Fountain of Salmacis”.

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