ELP: intersección perfecta entre solemnidad de música selecta y desenfado rock


EL ROBUSTO SEÑOR ROCK

Era adolescente cuando escuché por primera vez a está gran banda, una de las más representativas del rock progresivo británico. Me sedujo de inmediato. Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue que sus apellidos conformaban el nombre del grupo: Emerson, Lake and Palmer. ¡Que decisión más sabia!: como Rush, un auténtico power trío.

Debe haber sido por ahí por el año 1987. Tenía 15 años de edad y uno de mis hermanos varones, quien por entonces tenía 20 años, me hizo escuchar Emerson, Lake and Palmer. Era una sabatina tarde del verano temprano de aquel año que nos trajo al Papa Juan Pablo II, que nos cobijó como país con un nuevo mundial de fútbol -esta vez juvenil- y que en el plano político, económico y social fue muy complejo. Pero ésas son otras historias que iremos dilucidando en otras ocasiones.


Mi hermano estaba en la onda de la Nueva Canción Chilena, Silvio Rodríguez, Víctor Heredia, el neofolclor más reciente (Carlos Alemany, Arak Pacha y otros) y, en un plano más alejado de las culturas de nuestras latitudes, el rock más reconocido del Hemisferio Norte, aunque principalmente proveniente de Inglaterra y Estados Unidos. Yo, semi niño-semi hombre, rallaba la papa con el reciente fenómeno del rock latino, también denominado por los más puristas como “pop latino” (otro día me referiré a las denominaciones).

Por aquel entonces, los conjuntos y solistas argentinos acaparaban tanto mi atención como los entonces reinantes casetes. Charly García fue el primero que me llamó la atención. Luego aparecieron Soda Stereo, G.I.T., Virus, Migel Mateos y Zas, Sumo, Los Enanitos Verdes, Fricción, Autobús, Suéter, Ariel Rot, David Lebón, Raúl Porchetto y, por cierto, el gran Fito Páez, entre otros próceres de entonces. Años atrás, en 1983, estaba de moda un movimiento mal llamado “heavy metal” (mal llamado porque se consideraba a grupos como Twisted Sisters o Scorpions como “grupos de heavy metal”….¡¡¿¿??!!....Bueno, otro día me referiré a este tipo de tendencia y a las agrupaciones que más acertadamente podía ser denominadas "de heavy metal").

Mi hermano se encerraba en la pieza que compartíamos en la parte de atrás de la casa de nuestros padres. Mientras ordenaba la pieza ponía la música fuerte de su radiocaset y, de repente, cuando algo me llamaba la atención analizábamos la música y él se animaba a hacerme escuchar algo de lo que tenía en su numeroso repertorio de grabaciones de caset para que lo conociera.

Así conocí a Led Zeppelin, así conocí a Deep Purple, así conocí a Pink Floyd, así conocí a Rush y así conocí a Emerson, Lake and Palmer (ELP) y a otros. Algunas agrupaciones obviamente las conocía antes aunque no las asociaba a sus nombres.

“Mejores que cualquiera de las huéas que escuchai”

En el caso de ELP el discurso de mi hermano en cuanto a la forma de referirse a la música no varió mucho en cuanto a estilo en comparación a cuando me hizo escuchar a otras agrupaciones rockeras. Sin embargo, fue parecido a cuando me hizo escuchar a Rush. “Estos gallos son secos. Son mejores que cualquiera de las hueás que escuchai. Esto es música”, me dijo con absoluta convicción. El disco que me hizo apreciar de ELP fue “Pictures at an Exhibition” de 1971, un álbum en vivo basado casi íntegramente en la obra del compositor ruso del siglo XIX, Modest Mussorgsky. Quedé impresionado.

De ese disco me gusta todo: desde el jolgorio del público en el inicio, al que sigue un silencio sepulcral, para dar pase al primer tema, “Promenade” con su envolvente, serena y espiritual secuencia de sonidos de órgano, hasta el final, con una graciosa versión de un tema del ballet “Cascanueces” de Pyotr Tchaikovsky, coterráneo de Mussorgsky, que concluye con un típico remate blusero (y eso que estábamos todavía en la época de la "Guerra Fría"; ¡¡jajajaj!!). Con ese gran álbum, como que algo parecido a escuchar música de la Semana Santa, Jesuscrito Superestrella y Woodstock se me fusionan irremediable pero magníficamente.

Músicos reconocidos al momento de constituirse en ELP

ELP tuvo su período de mayor gloria, tanto en popularidad como a la calidad de trabajos, en la primera mitad de los años 70. Cuando la banda nació, en 1970, Keith Emerson, Greg Lake y Carl Palmer ya eran reconocidos músicos de la escena rockera británica.

El tecladista Keith Emerson deslumbró a fines de los 60 en The Nice y, ya en esa época, llamaba la atención como el “Hendrix de los teclados”. Un tipo virtuoso y apasionado. En sus actuaciones notoria era su manera de disfrutar su ejecución: velocidad para digitar las teclas, cierta facilidad para hacer muecas y, de manera regular, ciertas manifestaciones de “violencia controlada” contra su instrumento, al que lograba sacarle así curiosísimas distorsiones.

Respecto del bajista, guitarrista y cantante Greg Lake, a fines de los 60 cumplió el mismo rol pero en King Crimson, banda liderada por el guitarrista Robert Fripp. Lake es otro apasionado: sereno y dulce en los temas más románticos, aplicaba la velocidad en los endemoniados temas más rockeros y rápidos, donde hacía zumbar el bajo. Minutos antes podía estar tratando con delicadeza una guitarra acústica y cantando como juglar ¡Notable!

Carl Palmer había sido baterista Atomic Rooster a fines de los años 60. Fue uno de los bateristas del ámbito progresivo más aplaudidos: no es menor este hecho cuando se le menciona, junto a Neil Peart de Rush, Phil Collins de Genesis y Bill Bruford de Yes y King Crimson, por ejemplo, entre los bateros más destacados de dicha tendencia.

Emerson Lake and Palmer demostró, además, que en un grupo de rock se podía prescindir muchas veces de la guitarra. La energía, la pasión y la capacidad de brindarse por entero de los tres integrantes ratificó esa idea. “Pictures….”, que también es un video, da cuenta de todo ese potencial mediante temas como “Promenade", "The gnome", "The sage", "The old castle", "Blues variation", "The hut of Baba Yaga", "The Great Gates of Kiev" y "Nutrocker" (inspirada en el “Cascanueces).

¡¡Una gran experiencia!!



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