El Mar y su Fuerza

 

EN TERCERA CLASE

Algunos dirán que la montaña tiene atributos parecidos...Por supuesto que los tiene. Todas las respuestas son válidas y más válido aún es, en esta complicidad, el objetivo final: sentirse mejor.

Es cierto, quién pudiese negarlo: no está de más decir y repetir que el mar es un lugar sublime, donde nace y acaba toda expectativa sin dejar de maravillar, encantar, seducir, soñar, enamorar o hacer reflexionar a cualquiera. Hay algunas personas que van más allá: asumen una actitud temeraria y lo desafían...¿Será un desafío consigo mismo?...


Yo prefiero la contemplación y la búsqueda de las respuestas. En ese sentido, un océano, un lago, un río grande o todo espacio acuático que sea algo parecido en belleza y en grandiosidad, atrae, despeja las dudas e, incluso, permite dejar atrás las penurias, crear una barrera infranqueable ante lo negativo, verse inspirado/a a pronunciar un poema y, en su plano más bello, engrandecer el amor.

Yo le recomendaría a toda persona que tuviese la posibilidad de estar cerca de él y necesite encontrarse consigo misma, acercarse, ver cómo el agua baña las rocas y las orillas, cómo abraza los muelles, cómo brinda al aire un poco más de frescura con su brisa y, obviamente, mucho más.

Algunos dirán que la montaña tiene atributos parecidos...Por supuesto que los tiene: es la naturaleza que permite al ser humano estar consigo mismo. Dependerá de cada uno el punto de vista al respecto: estar más cerca del cielo, más cerca de Dios, más cerca de uno...Todas las respuestas son válidas y más válido aún es, en esta inigualable complicidad, el objetivo final: sentirse mejor.

Para finalizar los dejo con una gran clásico del rock progresivo, cuya musicalidad brinda un poco esa bella sensación marina: 

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