¡¿Cómo se te fue el negro de nuevo?!


DESDE EL CÓRNER

El fútbol es, muchas veces, "el arte de lo impensando". La jornada puede ser hermosa para el público en general: con un refrescante día de sol y un partido a la altura de las circunstancias. Pero no para todos es así: de repente las mismas circunstancias transforman a los protagonistas de "héroes" a "villanos" o viceversa. Dicho de otro modo, un momento son "bestiales" y, al otro -y casi en forma repentina-, son simplemente "bestias".

Calurosa jornada: alrededor de 34 grados a la sombra (algunos pensando en la playa cantarían "que calor de locos, nena, tan tan tan...." de Los Iracundos). La cancha está perfectita: parece europea (¡qué sudaca somos!; y hasta en la forma de pensar). Hay harto arbolito alrededor. Afortunadamente el paisaje y el viento hacen más fresquito el ambiente....Y, bueno, algunas buenas mozas jóvenes presentes estimulan el precalentamiento de los 22 jugadores que están en la cancha y una decena de sus compañeros que se reparten los espacios de las bancas junto a los entrenadores..


Pero, de todos modos, el partido había que jugarlo. Los Tigres Sueltos (una suerte de homenaje al equipo mexicano y al argentino) debía jugar contra Los Leones Indomables: Los Tigres vestidos de rojo furioso y, Los Leones, de amarillo canario. El campeonato está que arde y las barras, en las aposentadurías, observan con tensa calma la previa del partido. 

Jonás Solari, el capitán de Los Tigres y uno de los protagonistas de la historia, aleona a sus compañeros: "Oigan, al puro toque, ¿eh?. Nada de hacer boludeces ni lujos intrascedentes. Este partido es clave. Si les ganamos, pasamos un punto arriba de ellos, quedando sólo una fecha después. Tenemos 57. Ellos tienen 58. Pero somos locales". Y no es para menos: la Copa Gato Peludo es la más importante de la provincia.

Solari saluda al árbitro Carlos Soriano Salvatierra y, luego, al capitán de Los Leones Indomables, Sebastiano Valderrama, colombiano, el único extranjero en la cancha. Sólo algunos minutos antes un reportero con sobrenatural curiosidad (y ojos de huevo frito, también) le preguntó a Valderrama si era pariente del célebre "Pibe", emblema futbolístico del país cafetero. "No, hermano. No lo soy. Lo siento mucho", le contestó el moreno líder de Los Leones.

Empezó el partido. Las acciones están parejas. Antes de los primeros tres minutos ya se había generado una aproximación con peligro por lado. No obstante, antes de los ocho minutos se produce una jugada fundamental. Sebastiano Valderrama, al más puro estilo "Pipo" Gorosito, recibe el balón en la mitad de la cancha y de espalda al campo rival, rápidamente lo detiene, se da vuelta, lo acaricia con los pies, avanza lentamente buscando espacios, dos adversarios llegan a marcarlo, se los saca de encima, avanza tres metros y, con perfecto puntapié, manda un pase cruzado de emboquillada y hacia el extremo derecho mirando el arco, la pelota pasa por encima de tres defensores rivales que no atinan a reaccionar, para que finalmente la reciba Román Villagrán, quien al más puro estilo Caszely, frío y veloz, se enfrente al arquero Briceño, burle a éste desplazando el balón por la derecha, quede con el arco absolutamente a su merced y liquide con un tiro seco a ras de piso dirigido al centro del arco.

¡Golazo de Los Leones!....Y las puteadas entre los jugadores de Los Tigres, por cierto, no se hacen esperar.

-¡¡Puta la huevá, huevón!!. ¡¡¿¿Y nadie marca??!! - grita airado el capitán Solari, mientras Los Leones celebran como jugando al "montoncito".

-¡¡Y que querís si estoy sólo!!...¡¡Y voh no corrís nada!!. -responde Brad Vilches.

-¡¡Y que querís, si estoy arriba!!. Y el "Peraca" y el "Mochila" se quedaron paveando, mirando a las minas de las galuchas - se defiende Solari.

-¡¡Es que están más pendientes de las minas!!....¡Igual están ricas!; je, je... -explica el portero Briceño.

-Es que con la pelota que mandó el negro nadie atinó...El tipo te deja marcando ocupado y, más encima, se manda tres zancadas y quedai atrás. ¿Que vai a hacer! - sostiene el "Perilla".

-¡Estar más fino, huevón!. ¡Mucho más fino!. ¡Ojo con el negro y con Villagrán! -enfatiza el capitán en una improvisada pero energética charla motivacional previa al reinicio del juego.

Pese a que Los Leones van ganando y se aproxima el primer cuarto de hora del partido, Los Tigres no evidencian mejoría y sus rivales están más cerca del 2 a 0 que Los Tigres del empate....Es más: Solari y Verdejo, los solitarios delanteros, naufragan arriba y Brown es un vulgar espectador. Mezcla extraña entre el actor chileno Cristián de la Fuente y el futbolista argentino Óscar Ruggeri, el arquero de Los Leones acapara las miradas femeninas, las que a su vez distraen a los jugadores de Los Tigres, que parecieran no estar en su día.

En el campo adversario, en tanto, Valderrama, Villagrán y "Littbarski" Zerricueta juegan como si fueran Neymar, "Edu" Vargas y Messi (y no es broma). Vilches, el "Peraca" y el "Mochila" "rifan" pelotas como locos, y los delanteros de Los Leones se pierden goles igualmente como locos: los postes, la falta de fineza en el área y el arquero Briceño -gran figura- se transforman en los mejores aliados de los alicaídos Tigres.

El "arte de lo impredecible"

No se ve por dónde pudiese llegar el empate. Sin embargo, al fútbol se le denomina el "arte de lo impredecible" y, desde ese punto de vista, los milagros pueden estar a la vuelta de la esquina. Y así fue: de pronto, Iker Verdaguer le roba un balón a Márquez y de izquierda a derecha manda un balonazo cruzado que agarra llenito Verdejo, quien al más puro estilo Bartticiotto hace una carrerón por el flanco derecho dejando a los defensas más próximos un poco más atrás y, al ver que el "chino" Campos está sólo frente al arco y Brown absolutamente descolocado y entregado a su suerte, hace un centro muy fuerte y a ras de piso en el que Campos, habilitado, sólo le basta empujar la pelota hacia el arco. ¡Golazo de Los Tigres y empate!....

-¡¡¡Bien, compadre!!!. ¡¡¡Así se juega, mierrrdaa!!! -grita Solari en los festejos, a pesar de que no participó en el gol.

-¿Viste como le robé la pelota al flaco Márquez?....Después no la quería creer y me agarró la camiseta - responde el "chico" Verdaguer.

-Menos mal que el árbitro no lo vio porque este huevón es de esos que cobra en jugadas de gol y corta la jugada sin ningún asco. ¡Saquero! - dice en voz muy alta el "Mochila".

El problema es que el árbitro, Carlos Soriano Salvatierra -bautizado muy "cariñosamente" por algunos jugadores como "Salvanadie"- estaba detrasito del "Mochila", cuyo nombre de pila es Leonardo Argandoña. El insulto pareció bien inocente, pero para Salvatierra no lo fue.

-¡¡Amarilla, Argandoña!! -grita Salvatierra enérgicamente mostrándole la cartulina amarilla al "Mochila", la primera de un partido bastante limpio hasta ese minuto.

-¡¡¿Pero, cómo ...?!! - se pregunta incrédulo pero también inocentemente el "Mochila".

-¡¡Pa´ la otra mejor te callai, huevón!!. O sea, ¡¡o le lanzai piropos a las minas o le gritai "saquero" al árbitro!!....¡¡¿¿Cómo es eso??!! -reclama molesto el capitán Solari.

-¡Soy bien huevón, voh!....¡A la otra le sacai la madre al árbitro y te expulsan!; je, je -bromea Verdaguer.

-¡Ya, huevón!, mejor pongámonos seriecitos porque estamos a la puerta del empate....Ojo, que estos gallos están con la guardia baja. Aprovechemos ahora y los liquidamos - alienta Solari a sus compañeros.

El pleito llega a la media hora con Los Tigres envalentonados...Y, de pronto, como el milagro trae consigo la recuperación, ésta trae consigo una nueva alegría....A un minuto del descanso, Verdaguer envía otro pelotazo con "veneno", que deja mal trechos a los defensas de Los Leones y es recibido por Verdejo, quien de palomita define mandando la pelota a un ángulo distinto y dejando otra vez muy descolocado a Brown. ¡2 a 1 para Los Tigres y así se van al descanso!.

¡¡Están cocidos!!
- ¡¡Bien, huevón!!...¡¡Los tenemos!!. ¡¡Están cocidos!!. En el segundo tiempo podemos perfectamente meter un par de goles más y hasta les podemos ganar por goleada - sostiene entusiasta Solari felicitando a Verdejo, uno de los artífices de la extraordinaria recuperación de los Tigres.

-Así como vamos, en el segundo tiempo los liquidamos y hasta metemos varios goles más - responde Verdejo.

Tras el descanso, durante los primeros 10 minutos el partido siguió con la tónica de los 15 minutos finales del lapso inicial. Los Leones entregados y, Los Tigres, dominando. Brown era la figura. Verdaguer, Solari, Verdejo, el "chino" Campos y el "perilla" Zúñiga tienen vueltos locos a los defensas de Los Leones. Sin embargo, en ese minuto se produce la jugada "fatal".

Valderrama, súbitamente "borrado" por más de media hora mediante obra y gracia de los defensores de Los Tigres, agarra una pelota al borde izquierdo del área en dirección al arco, se saca de encima al "Mochila", le hace un túnel al "ñato" Oliva y, mediante un tiro cruzado a media altura y bien pegado al segundo palo, derrota la resistencia de Briceño. Golazo de Los Leones y, ahora, quedan dos a dos. En síntesis, hasta ese momento, una linda tarde de sol, un lindo marco de público, un lindo partido y unos hermosos goles (pa´ no repetir tanto a "los lindos").

-¡¡¡Por la rechucha, huevón!!!, ¡¡¡¿cómo se te fue el negro de nuevo?!!! - manifiesta airado y fuera de sí Solari.

-¡¡Puta, huevón, pero si de nuevo me dejaron sólo!!...¡¡Oye, "Mochila"!!, ¡¡no te podís quedar paveando mirando las minas!! - responde Brad Vilches.

- ¡¡Y que tienen que ver las minas, huevón!!. ¡¡Si al medio tenís que estar voh!!...¡¡Si al negro tenís que marcarlo, voh!! -se defiende el "Mochila".

Y como las calamidades no vienen solas, Villagrán se manda una jugada que, vista desde afuera, es casi un calco del segundo gol de Maradona a Inglaterra en México 86: desde la mitad de la cancha hacia adelante se sacó a todos los jugadores que lo marcaron -unos siete para no ser tan generosos con los números- incluyendo al arquero y, por natural consecuencia, infla la red: ¡sencillamente extraordinario y golazo!. En menos de cinco minutos se da vuelta el partido: 3x2 arriba Los Leones.

Desmoralizados y todo, Los Tigres siguen atacando y, de pronto, un nuevo milagro parece producirse: Verdejo, al minuto 25 del complemento, es derribado en el área por López y Salvatierra pita penal: Solari, quien rara vez falla, queda frente a la pelota. Agasapado y mirando muy fijo a la pelota pero sobre todo a Solari, Brown sólo espera la orden del juez, que se produce. Corre enérgicamente Solari y le da al balón con todas las ganas, Brown elige mal lado y la pelota... golpea en el horizontal.

Casi espontáneamente, la toma el "flaco" Márquez, quien entrega a Ubilla, éste de inmediato a Galindo, luego éste de nuevo para Ubilla y, así, al más puro estilo del Barcelona de España, Los Leones llegan al área. De pronto, tras el tiqui-taca de rigor, Valderrama lanza un zapatazo fuera del área inatajable para Briceño. ¡Pelota en la red nuevamente!. Estalla la galería sur, donde están los hinchas de Los Leones, que están 4 a 2 arriba en el marcador.

-¡¡¡Pero cómo huevón!!!....¿¡¡Nadie es capaz de mandarle un chuletazo al negro!!? -se queja amargamente Briceño, mientras el "Mochila" se centra en una discusión con el árbitro, como poniendo de relieve que éste ha sido benevolente con algunas "caricias" de Los Leones.

-¡¡¡Ah!!!, ¡¡¡ándate a la cresta, concha de tu madre!!! - exclama fastidiado el "Mochila". A Salvatierra no le queda otra alternativa más que expulsarlo. La tarjeta roja genera la explosiva algarabía de los hinchas de Los Leones, mientras que los hinchas de Los Tigres mandan "cariñosos" saludos a la mamá de Salvatierra.

-¡¡¿¿Puta huevón??!!. ¡¡¿¿Cómo nos cagai de esta manera??!! - exclama Solari, absolutamente fuera de sí....La reacción de Salvatierra no se hace esperar: roja para el capitán de Los Tigres y, éstos, quedan con nueve. Para evitar una debacle mayor, a 15 minutos del final, al técnico de Los Tigres no le queda más que poner a más de la mitad del equipo defendiendo.

Pero no es suficiente: Los Leones están inspiradísimos. Para más remate -y su favor- Briceño se hace expulsar torpemente tras golpear sin pelota y a pito de nada a Valderrama. Los Tigres se quedan con ocho jugadores.

Valderrama junto a Verdejo, Villagrán, "Littbarsky" Zerricueta, "Candonga" Guarda y el "Pollo" Contador le dan un baile al "Mochila", quien tuvo que improvisar de arquero; y a Verdaguer, al "Peraca", a Vilches y compañía....Entre el minuto 35 y el 45 (no fueron necesarios los descuentos ante la evidente "masacre") se produjeron los últimos tres goles: dos de "Valderrama" y uno del "Pollo" Contador"....7 a 2 humillan Los Leones Indomables a Los Tigres Sueltos.

Al final Los Leones se quedaron con el triunfo, el título -a una fecha del final: 61 unidades contra 57 de Los Tigres ya eran inalcanzables-, la copa, la vuelta olímpica, los elogios de la prensa y la presencia siempre grata de los hinchas pero sobre todo de las fans, curiosamente el único motivo de gloria de sus archirrivales.

FIN

Para finalizar, los dejo con una seguidilla de secuencias de goles y jugadas de los grandes jugadores homenajeados en el reciente texto como referentes obligados de los personajes principales:




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