Dos "caballeros" ingleses, dos "canallas" ingleses

DESDE EL CÓRNER
Es muy probable que los nombres de Sir Stanley Rous y de Kenneth Aston no representen mucho para las nuevas generaciones y sean menos conocidos que Wayne Rooney y David Beckham, pero en materia de contribuciones "británicas" al fútbol mundial (y, por cierto, de polémicas) fueron muy gravitantes.
Debo confesar que me "agarró" el libro de Daniel Matamala "1962: el mito del mundial chileno". No sólo es entretenida la forma de relatar de mi colega, sino que el texto aludido es también un interesante compendio, muy bien investigado, de datos duros y blandos sobre el Mundial de Fútbol celebrado en nuestro país hace 50 años. Matamala no se queda en la anécdota.

Sería muy disperso referirme a todas las partes de esa publicación que me interesaron más. Sí me detendré en dos personajes a los que el autor dedica varios párrafos en su relato. Son ingleses y, en mi modesto parecer, son tanto o más importantes que los compatriotas suyos más famosos en la historia del balompié.
E Inglaterra no tiene pocos: por nombrar sólo algunos, contabilizamos fácilmente a Stanley Matthews, Bobby Charlton, Bobby Moore, Gordon Banks, Kevin Keegan, Peter Chilton, Gary Lineker, Paul Gascoigne y, por nombrar a los de hoy, David Beckham, Michael Owen y Wayne Rooney.
Pero yo me referiré a Sir Stanley Rous y Kenneth Aston. No se destacaron anotando goles, defendiendo o creando como jugadores de campo, pero los dos vivieron del fútbol, se transformaron en renombrados caballeros fundamentalmente gracias a él y -lo más importante- fueron notablemente influyentes en la historia mundial del "deporte rey”.
Más que la "batalla de Santiago"
El partido entre Chile e Italia en el mundial que organizó nuestro país en 1962 es recordado en estas latitudes por el triunfo de Chile 2x0 y el combo de Leonel Sánchez al italiano Mario David. Sin embargo, las referencias son tibias si se considera que en los medios informativos internacionales y los seguidores especializados del fútbol más veteranos, al referirse específicamente a aquella contienda, la definieron en aquel entonces y la siguen definiendo como la "batalla de Santiago" por el "festival" de agresiones que tuvo lugar en ese partido, todo fomentado por un clima de animadversión en Chile hacia los de la península.
Al respecto, Matamala menciona en el libro archicitado una curiosa introducción del presentador David Coleman cuando el partido fue exhibido por la BBC de Londres: "Buenas noches. El juego que usted está a punto de ver es posiblemente la más estúpida, horrible, repugnante y vergonzosa exhibición de fútbol en la historia del juego".
Eso es poco si consideramos que recurriendo a Google en Internet y colocando sólo la expresión "batalla de Santiago" no aparecen necesariamente imágenes y citas al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, sino que alusiones al partido entre chilenos e italianos del mundial del 62 como un juego violento.
Importante pese a un clásico escándalo
En un momento de su relato, Matamala pone en tela de juicio la capacidad real como referí del árbitro del encuentro mencionado, el inglés Kenneth Aston. Ante el descontrol de los jugadores, la verdaderas asambleas que se generaron después de cada "chuletazo" (agresión), la cantidad de lesionados y los pocos expulsados (por aquel entonces no corrían las tarjetas roja y amarilla), el británico no demostró estar a la altura de torneo mundial.
Si bien es cierto la prensa internacional de entonces y, sobre todo los italianos, literalmente "reventaron" con comentarios negativos al juez, al autor de "1962: el Mito del Mundial Chileno" hace una contraposición magistral, donde enfatiza que Aston fue, casi por presencia, el árbitro más destacado de Inglaterra y uno de los mejores referís del balompié mundial por cerca de dos décadas.
"En 1945, un oficial de la Indian Army británica destinado en Singapur estaba a cargo de un campo de concentración que reunía a ocho mil prisioneros japoneses, capturados tras la capitulación del emperador Hirohito. A él correspondió dirigir los juicios sumarios contra los militares japoneses acusados de crímenes de guerra: veinte prisioneros fueron condenados, ocho de ellos a muerte. El oficial firmó las sentencias y luego recorrió una por una las celdas, donde informó personalmente a los condenados que serían ejecutados al amanecer. Antes de la salida del sol, los sacó de sus celdas y los hizo llevar hasta el patíbulo, donde supervisó los ahorcamientos, verificó que todos hubieran muerto y firmó los documentos correspondientes. Ese oficial tenía 29 años, y se llamaba Kenneth George Aston", sostiene Matamala en su texto. La dureza del hombre de marras queda absolutamente de manifiesto.
Aston debutó como árbitro profesional en 1949 y se retiró en 1963, en la "Cátedral del Fútbol": el estadio Wembley, ocasión en que saludó a la reina Isabel y recibió de manos de la soberana una medalla de oro.
Tras su retiro del fútbol Aston fue designado jefe del Comité de Árbitros de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Ya por entonces y mucho antes, el inglés ya tenía relación con otro coterráneo de él,  sobre quien luego me referiré. Mientras tanto sólo agregaré que el gran legado de Aston no es menor: la introducción de las tarjetas amarillas y rojas, de amonestación y de expulsión, respectivamente, para el Mundial de 1970 (¡caramba cuántos dolores de cabeza se habría ahorrado si el invento se le hubiese ocurrido antes del caótico partido de 1962 entre la "roja" y la "escuadra azzura"). Aston falleció en 2001 a los 86 años.
Gran Sir y "rajamundiales"
Para las generaciones más recientes, Stanley Rous -Sir Stanley Rous para quienes fueron sus cercanos, nacido en 1895 y muerto en 1986- debe ser conocido por las copas que llevan su nombre. En efecto, una de ellas, la Copa Rous, originalmente se jugó entre dos selecciones británicas en 1985: Inglaterra y Escocia. Desde la tercera temporada y hasta que duró la competencia, en 1989, siempre fue invitada alguna selección sudamericana. Inglaterra, Escocia y Brasil fueron vencedores del trofeo.
Pero Stanley Rous es más que una copa. Fue el sexto presidente de la FIFA, antecesor en ese puesto del brasileño Joao Havelange y, muy probablemente, el primer dirigente del fútbol internacional que entendió que la televisión y los auspiciadores podían ser grandes aliados del balompié en su conversión en gran negocio.
"Las vidas de Stanley Rous y Kenneth Aston son muy similares -señala Matamala-. Ambos fueron árbitros y luego pasaron a la dirigencia. Rous estaba a cargo del Comité de Árbitros de la FIFA en 1962. Luego pasó la posta a su protegido, Aston, quien encabezó el Comité en las copas de 1966 y 1970, mientras Rous seguía en la testera de la FIFA. Tres mundiales cuyos arbitrajes fueron dirigidos por ambos, y que tuvieron una característica en común: beneficiar hasta el escándalo a los locales", agrega el autor.
Lo que sostiene el periodista en su texto sobre el mundial del 62 no es menor. Siempre he pensado que Chile fue un legítimo tercero en 1962, que Inglaterra fue un legítimo campeón en 1966 y México un gran organizador en 1970, pero si uno revisa algún compacto de estos mundiales surge más de alguna interrogante sobre el correcto desempeño de los jueces en ciertos partidos que favorecieron a los anfitriones.
El tema da para mucho: un ejemplo clarísimo y, probablemente, el más famoso fue el tercer gol de Inglaterra en la final del mundial de 1966. Empataba con Alemania Occidental a dos goles durante el tiempo suplementario y, cuando Geoffrey Hurst provoca el estallido de casi 100 mil ingleses en Wembley para desnivelar el marcador en el minuto 11 del tiempo suplementario, tanto validado por el árbitro suizo Gottfried Dienst, comienza el mito acerca de la legitimidad del gol; en otras palabras el tanto más discutido de la historia. Está claro que tras el violento disparo de Hurst la pelota golpeó en el horizontal y rebotó en el pasto, pero ¿traspasó realmente toda su circunsferencia la línea de sentencia?.
No tengo nada contra los ingleses (al contrario, algo de ellos hay en mis genes), pero lo cierto en relación al polémico partido son dos cosas: Inglaterra figura como campeón en 1966 (finalmente ganó 4x2 a Alemania) y, puntualmente para esa final, el responsable de la designación del suizo Dienst fue Kenneth Aston, pupilo de Sir Stanley Rous.
Para finalizar los dejo con una secuencia del referido partido Chile-Italia de nuestro recordado mundial de 1962:

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