Colo Colo v/s Universidad de Chile: clásico caliente, historia y eterno

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DESDE EL CÓRNER 
Cualquier partido de fútbol entre los dos equipos de mayor arrastre de un país nunca pasará inadvertido y, menos, para los románticos del balompié. Como que la premisa "nadie quiere perder" y "dan lo mismo los antecedentes previos" son anticipos claros de luchas intensas y, regularmente, polémicas. Lo importante es que la agresividad sea sólo futbolística y no incite los delitos ya tan habituales traspasados los límites que separan la cancha de la gradas.   

Soy seguidor del fútbol desde hace 32 años: tenía 9 años de edad cuando acompañé a mi padre por primera vez a un estadio para ver una reunión doble y, desde entonces, ir a presenciar un partido de balompié en vivo y en directo se transformó en algo bastante regular: al menos fuimos hasta unas 6 u 8 veces al año durante parte importante de una década. El resto de las veces veíamos fútbol por televisión o  escuchábamos partidos por radio. Con el tiempo, la costumbre disminuyó en términos de cantidad de visitas al estadio, pero no en términos de interés. 


Pueden haber cinco, una decena y hasta una treintena de partidos ordinarios de cierto atractivo, pero ninguno va a concentrar, ni siquiera en su totalidad, la energía sanguínea y de cota máxima de subjetividad de carácter pasional que un clásico.

Y eso es muy bueno: lo importante es que no traspase la línea de lo tolerable en términos de espectáculo: me refiero a los riesgos habituales (y, lamentablemente a veces, consumados en hechos) que significa la presencia de la barras bravas.

Este domingo 5, día en que Arturo Vidal le dio un  nuevo título a la Juventus en Italia, fue una jornada  de clásicos en Sudamérica: Universidad de Chile enfrentó a Colo Colo en Chile; en Argentina, Boca Juniors recibió a River en la mítica Bombonera; y Peñarol jugó con Nacional en Uruguay. Ganó la "U" 3x2 en un partido, en efecto, intenso y polémico. Ganó bien la "U", pero sin brillar. Colo Colo luchó con sus armas y estuvo dos veces arriba en el marcador, pero no aguantó a un equipo superior en variantes. 

En estos instantes, mientras escribo, veo en Fox Sports el clásico entre xeneizes y millonarios. Observó como la hinchada de Boca despide "cariñosamente" a una vieja gloria de River, Ramón Díaz, recordándole el descenso del elenco de la banda sangre a segunda división. Díaz responde con un gesto y una risa irónica del tono: "yo no bajé a segunda" (finalmente Boca y River empataron). No está de más señalar que en Chile la "U" estuvo, al igual que River, un año en segunda división, hecho que le sirve regularmente a los hinchas de Colo Colo para mofarse de sus "archirrivales".

Los clásicos y, sobre todo los superclásicos, como el chileno y al argentino, son de ansiedades y temperaturas altas (no la climática, sino aquella que sienten los jugadores): los veteranos piensan en imponerse de nuevo, los debutantes sueñan con la gloria y, los árbitros, en controlar al máximo un partido en que siempre está el riesgo de cometer errores, los que pueden llegar a ser muy graves en términos futbolísticos. Es lindo ver el estadio lleno y la gente saltando. Por cierto, el corazón late más fuerte para quienes confiesan ser (valga la redundancia) "hinchas hinchas".

Hechos para recordar
Un clásico es historia y la misma historia, en ese mismo plano, un conjunto de acontecimientos para el recuerdo...Como el gol de Salah (curiosamente hoy timonel de Blanco y Negro) en la liguilla pre Copa Libertadores de 1980, que le significó a la "U" derrotar a Colo Colo sobre la hora y clasificar al mayor torneo continental de clubes.

En circunstancias casi similares los albos se desquitaron de los azules 12 años después, también en una liguilla pre Copa Libertadores. El equipo del chuncho estaba a segundos de clasificar a la justa internacional cuando Hugo Rubio conectó de cabeza un centro del "Chano" Garrido para decretar el triunfo del elenco popular. No está de más señalar que el equipo del cacique sólo se jugaba el honor en ese cotejo.

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En 1981 recuerdo un partidazo del brasileño Severino Vasconcelos, quien con dos goles de gran factura -uno de tiro libre y otro de volea- batió al argentino Hugo Carballo y le dio el triunfo a los albos. Un par de años después Jaime Vera hizo tres goles en un tiempo en una victoria de 4 a 1 del cacique. En 1994 Marcelo Salas tuvo un debut más que explosivo en clásicos: cinco goles en dos triunfos consecutivos azules.

La "U" rompió pronósticos en tiempos en que Colo Colo, futbolísticamente y por números, era más: recuerdo un 2x0 a favor de los azules en 1984 con goles de Marcelo Silva y el argentino Néstor Di Lucca. Ocho años después, el Colo Colo más laureado de la historia (el campeón de la Copa Libertadores de 1991) sucumbía ante la escuadra universitaria laica con dos goles de Eduardo Cofré, partido que también será recordado por la atajada del argentino Sergio Vargas, el "Superman Azul", a su compatriota Claudio Borghi.

Humillaciones, triunfos épicos y burlas

En materia de humillaciones: al margen de los goleadas albas de los años 30, de un 5x2 a favor del elenco popular en 1999 y del 6x3 de la "U" en 1962, caben resaltar, en los tiempos de la S.A., un 4 a 2 a favor de los albos en 2006 y el 5x0 a favor de la escuadra del chuncho el año pasado. Mención honrosa merece un 3 a 0 a favor de Colo Colo en 1999 después que su archirrival, demasiado relajado, diera la vuelta olímpica.

En cuanto a triunfos épicos, el equipo estudiantil la lleva: caben resaltar los triunfos por 3 a 2 y por 2 a 1 en 2001 y 2011, respectivamente, con Diego Rivarola como gran figura. Destaca en la escuadra alba la tanda de penales de 2006 que le significó el título y la consagración de Claudio Bravo como estandarte del cacique.

En lo que concierne a grandes finales hay una leve ventaja para la "U": un torneo nacional (2x1 en 1959), una Copa Chile (2x1 en 1979) y  una liguilla pre Libertadores (2x1 en 1980). En el caso de Colo Colo sobresale la citada final de 2006.    

Respecto a burlas, está la celebración colocolina del empate 2 a 2 logrado en el último minuto por el argentino Cámpora en 2010. En dicha ocasión, mientras las cámaras de TV grababan en el camarín, los jugadores albos saltaban y coreaban un cántico de la barra alusivo al "chuncho muerto". Un año y medio después, tras el 5 a 0 a favor del elenco azul, se difundió ampliamente por Internet una fotografía en que los jugadores de la "U" mostraban los cinco dedos de una mano a los cibernautas.

También cabe rememorar la emblemática celebración de Marcelo Espina en un triunfo 2 a 0 a favor del equipo popular en las semifinales de la Copa Chile de 1996: tras el segundo gol sacó el banderín del córner próximo a la barra de Colo Colo y lo celebró con la camiseta en su punta. Un año después Víctor Castañeda, de la "U", le respondió con un gesto similar, aunque ahogado al final con un gol de Pedro Reyes que significó el empate. 

Este domingo 5, el capitán azul, José Rojas, hizo como una especie de homenaje a ese gesto de la camiseta arriba del banderín del córner al terminó del cotejo que favoreció a Universidad de Chile.

En síntesis, el clásico, por historia, por fútbol, por corazón o por garra, da harto que hablar por sí solo. Evidentemente las anécdotas y los hechos imborrables dan para mucho más que estas líneas.






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