¿Qué es un Programa de Habilidades Directivas?

MOPENSES
Cobertura nacional tiene la iniciativa académica del MOP que lleva ese nombre: un salto cualitativo tremendo hacia un modelo de trabajo basado en las competencias individuales.

Más allá del cliché que señala que todas las personas somos muy diferentes entre sí, ese mismo factor puede operar como “rampa de lanzamiento” para una gran contribución al plano organizacional de cualquier institución. ¿Cómo? Sonará también a lugar común, pero no por ello es menos asertivo: aportando lo mejor de cada uno/a.

Quizás estamos hablando de una mina de oro de la que no nos hemos dado cuenta del todo. Pero lo cierto es que podemos mejorar en el plano de nuestras competencias, o capacidades en acción, más allá de lo que efectivamente podemos creer.

Éste es el desafío permanente que ha asumido el Ministerio de Obras Públicas con la adopción de un Modelo de Gestión de Recursos Humanos por Competencias. Éste es también el desafío de un Programa de Habilidades Directivas, que tiene lugar allí justamente con la perspectiva relucir lo mejor de cada uno de los/as funcionarios/as de esa organización.

Conocimientos, habilidades y actitudes se fortalecen

En el caso del Programa de Habilidades Directivas, la idea es fortalecer y desarrollar los conocimientos, las habilidades y las actitudes de jefaturas y diversos profesionales del ministerio en todo Chile. Son 627 los destinatarios a nivel nacional de la iniciativa, impartida desde fines de junio por los académicos de la Universidad de Chile  José Tomás Saffirio (psicólogo) y  Sergio Spoerer (sociólogo).

La tarea central del programa consiste en la formulación y la aplicación de un plan de desarrollo individual, que involucra para cada persona aspectos tales como competencias, un mapa de clientes relevantes e indicadores conductuales para el cumplimiento de los objetivos y desafíos del cargo que ocupa.

El proceso aludido es guiado por un cuerpo de tutores, todos académicos del referido plantel. En ese período, cada alumno realiza sus prácticas personales de aprendizaje, las que consensúa con sus clientes y, posteriormente, las implementa.

Dicho de otro modo, el acento del programa está en el autoliderazgo y la autogestión en los procesos de desarrollo de las competencias laborales. Así se responde al cambio de mirada de la institución al pasar de un modelo de gestión de personal tradicional a uno moderno, basado en la propia gestión de las personas en torno a sus competencias individuales.

Autoliderazgo y autogestión

Tomás Saffirio dice que el aprendizaje está también dado por el estado de ánimo; es decir, “cómo llegué a la clase y cómo me voy. Con el piloto automático uno no se conecta con el estado de ánimo porque hay que tener una disposición especial”, agrega.

A su vez, Sergio Spoerer, sostiene que “aprender es producir un cableado neuronal que no existía”. Citando a Peter Drucker, añade que “antiguamente se entendía que la eficiencia contribuía a la cadena de valor en una organización: el aumento de la productividad, pero dejando de lado el factor humano. Allí la productividad no tenía que ver con la persona. La importancia de las emociones no era válida. Pero hoy en el caso de aprender cosas y desarrollarse, sí lo es".

“El estado de ánimo hoy es de apertura de mente: directivos que tengan mente abierta, curiosidad. Lo central acá es la disposición. Aplican ahí conocimientos nuevos que me sean útiles porque mi trabajo va cambiando”, añade el sociólogo.

Según los profesionales de la Universidad de Chile, la persona desarrolla obras crecientes. Allí se abre paso al autoliderazgo, que es, ni más ni menos, ser dueño de sí mismo. Tener plena conciencia de cómo yo me hago cargo de mí mismo: cómo equilibro los distintos ámbitos de mi vida es trascendental, ya que si uno no sabe lo que quiere nadie se lo va a decir.

Es ahí donde tienen cabida los conceptos de la Estrella del Autoliderazgo, donde el individuo es capaz de armonizar presencia, vínculos en las relaciones, un proyecto, el entorno, la autoeficacia, las capacidades de escuchar, motivar y negociar, así como la confianza y el recogimiento.

Participantes valoran aportes de programa

Los participantes del programa han resaltado las contribuciones que el Programa de Habilidades Directivas puede potencialmente brindar en el mejoramiento del quehacer tanto individual como colectivo MOP. La opinión de Ricardo Romo, de la Dirección de Planeamiento va en esa línea.

“Hay un aporte al fortalecimiento de la organización en materia de desarrollo de competencias enfocadas en el logro de resultados institucionales. Hay un intento de poner en línea las materias del curso con los instrumentos de evaluación de desempeño de los profesionales con responsabilidades directivas en el ministerio. Esto es mejorable mientras se pudiesen complementar los aspectos conceptuales con herramientas más prácticas para desarrollar capacidades directivas”, señala Romo.

Edith Valdivia, de la Dirección General y de la Coordinación de Concesiones, sostiene que la bibliografía entregada es cien por ciento útil y aplicable a la realidad del MOP. “Además, si somos aplicados y conscientes al utilizar bien las herramientas entregadas para mejorar (brechas), podemos a futuro mejorar en muchas situaciones”, añade.

Según José Donoso, de la Dirección de Obras Portuarias, el programa “ha sido un muy buen intento de acercar estas materias a muchos funcionarios/as, haciendo palpable una formulación de los planes de desarrollo individual y otras herramientas que ayudan enormemente”.


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