Zalo y Tobi: mundos divergentes

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SEXUAL DELICADEZA

Es perfectamente posible una amistad entre dos personas notablemente distintas. ¡Créanlo, por favor! Al final, todo es un tema de confianza: ¡compruébenlo aquí mismito!

Dos hombres de unos 33 años de edad en cada caso, no muy amigos entre sí, se encuentran en una fiesta particular de unas amistades en común. Ambos son casados y muy tranquilos, aunque uno es notablemente conservador en materias de familia, al menos en el discurso, y el otro, más liberal en el mismo plano. El primero mencionado tiene un hijo, mientras que el otro todavía no tiene descendencia.

-Hola, Zalo. ¿Cómo te va?

-Muy bien, Tobi. ¿Ustedes y el chiquilín?

T: ¿Romina? Muy bien. Sebastián, también. ¿Y Rebeca?

Z: Muy bien. En lo de siempre y gozando de la buena vida.

T: Oye, ¿y cuándo la guagua?

Z: Bueno, cuando la mente nos despeje la ansiedad y el amor se torne más productivo de lo que ya es.

T: ¡Eres todo un filósofo!

Z: Bueno, no es que admire a Arjona. En realidad se lo escuché decir a un especialista en sexo y presión social.

T: O sea, ¿con Rebeca no pasa na'?

Z: No seai camote. Todo lo contrario: hasta en grado 7 tenemos sexo.

T: ¡Aaaahhh! ¡Eres todo un poeta del sexo!

Z: No, en realidad sólo intento ser un caballero.

T: ¡Jajajaj! Pero no se les vaya a pasar el tren.

Z: ¡Imposible!: metafóricamente hablando estamos “a la entrada de la estación”: Rebeca tiene sólo 29. ¿Cuánto tiene Romina?

T: 32.

Z: Y tienen a Sebastián. ¿Ustedes decidieron tener hijos?

T: Sí, claro, aunque .....

Z: ¿Algo más?

T: Bueno, nuestros padres tenían más ganas de ser abuelos que nosotros de ser padres.

Z: Bueno, en el caso de nosotros hemos decidido revolverla un rato y juntar plata.

T: Ustedes son unos extraterrestres.

Z: Claro: viajar, comprar una casa...Eso es muy extraterrestre.

T: ¿Y, luego, hijos?

Z: Puede ser. Pero hoy las cosas no son como hace 40 ó 50 años.

T: ¿Estás seguro?

Z: Muy simple: cuando yo tenía 15 años de edad tenía la idea de que había gente muy retrógrada. 

T: ¡A mierrrrda!

Z: ¡Ojo!, que no quiero decir que tú seas así.

T: No, cómo se te ocurre que voy a pensar eso.

Z: ¿Y por qué vas a pensarlo? Aunque podrías perfectamente decirlo, ¡jajajaj!

T: ¡Jajajaj! Además, ¿retrógrado yo? Pero si estoy a favor de las relaciones prematrimoniales, la píldora del día después y el matrimonio gay.

Z: Discutir esos temas hoy es muy medieval. Pero quiero ir más allá...

T: ¿Cuánto más? ¿Alcanzamos a divisarlo?

Z: Je, je...Claro que sí: hoy las mujeres tienen hijos, incluso, a los 40 años de edad o más. La ciencia lo permite.

T: Bueno, igual creo que hay que casarse y tener hijos jóvenes.

Z: Depende de qué tan jóvenes seamos. 

T: Interesante. 

Z: Hace 30 años o más, un hombre que tenía más de 30 años de edad y no se casaba, era considerado casi homosexual.  Y hoy no lo tachan así.

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T: Bueno, mi papá piensa como pensaba la gente hace 30 años.

Z: O sea, si tu papá me conoce pensaría que soy gay.

T: Bueno, éste…¡no!, nunca tanto. Además, no te conoce.

Z: Pero eso no es nada: 30 años atrás, la mujer que no tenía hijos pasados los 30 años de edad, pasaba como una mina con alguna clase de problema psicológico.

T: Eso piensa mi mamá de una de sus hermanas. 

Z: Una de tus tías. ¡Uy!, eso sí que es fuerte. 

T: Fuerte lo mío.

Z: Fuerte lo tuyo. Pero eso no es nada: la convivencia, por ejemplo, era casi visto como algo propio de los animales.

T: Bueno, mi padre obligó a mi hermana mayor a casarse a los 20 porque él no quería concubinas en las casa.

Z: Si a eso agregas cosas como el sentido de culpa de la masturbación y la monogamia, quiere decir que antes la gente era re anticuada.

T: Yo, al menos, no me considero así.

Z: Hoy día todo eso que ocurría antes suena o muy ridículo o muy idealista.

T: Al menos, nosotros como familia planificamos nuestra vida.

Z: Tampoco creo que sean bueno cumplir al pie de la letra todo aquello que la misma sociedad te "vende".

T: Eres todo un John Lennon.

Z: No, en realidad, sólo creo ser algo diferente a ti.

T: ¡Y vaya que lo somos!

Z: ¿Qué es lo que más te gusta de la Romina?

T: Es bonita. Tú sabes que no es tan alta: medirá un metro 60.

Z: Como le escuché decir una vez a Enrique Lafourcade, pues....

T: ¿Cómo?

Z: Como las "vietnamitas" que él veía salír de un liceo femenino del centro de Santiago en la tarde. 

T: Claro, aunque con un pelo color trigo ondulado y una figura 90-60-90 envidiable.

Z: Bueno, las orientales y las chilenas son muy guapas. Igual debe ponerte cachetón que miren a la Romina.

T: En realidad me ponen celoso los ferianos cuando la piropean. Ella se ríe. Pero en realidad es bien rica. ¿Y la Rebeca?

Z: Espectacular, ¡ídola!. Tú sabes: es más rellenita que la Romina y medirá un metro 55 más o menos.

T: También es un ejemplar genuinamente chileno: cara de nortina y un cabello castaño abundante al estilo de Daniela Romo.

Z: Eres todo un Neruda. Viste que también la miras, ¿eh? ¿Y en la cama?, ¡uhh!.

T: ¡¡Jajajaj!!.

Z: Últimamente, como te decía, hemos hecho el amor de manera ininterrumpida y fantásticamente. Es como una canción de Los Ángeles Negros.

T: Pero, disculpa lo catete, ¿algún resultado deberá tener tan saludable ejercicio?

Z: Sí: tres meses y medio de embarazo.

T: ¡Ahhh! Te la tenías guardadita.

Z: ¡Shhh! No le cuentes a nadie. No me gusta la farándula -susurra Zalo al oído de Tobi.

T: ¡Compadre, venga el abrazo!.

¡Salud por ellas!