¿Qué es lo primero que el hombre le mira a una mujer?

Mujer pintada al óleo
(Ginette Beaulieu)
 Sitio Cuadros Modernos 
SEXUAL DELICADEZA

Es inevitable, sobre todo cuando es atractiva", argumentan ellos. "Los hombres son bien huevones: podrían simular un poco más cuando miran: son muy obvios...¡Son patéticos!", responden ellas, aunque ellos retrucan que a ellas les gusta la mirada con cero pudor tanto como el piropo. 

Byron se ve muy cansado, al menos, por lo ojeroso. La decepción que tuvo con Sandra lo tiene agotado mentalmente. Incluso había soñado que hizo el amor con ella. Pero ella es lesbiana.


Ahora vamos en transporte público. Son las siete de la tarde y vamos de vuelta a nuestras casas. Afortunadamente va poca gente pero hay harto espacio para mirar. Dos hermosas mujeres, de unos 30 años de edad cada una, van sentadas frente a nosotros.

"¡Relájate!. Pensemos en mujeres. Ya pasó lo de Sandra", le digo a Byron. "Son muy guapas las que están allí. La morenita es preciosa. Aunque va muy seria", me responde Byron, como quien olvida a quien era la mujer de sus sueños. Yo a su vez le comento que la morenita preciosa (yo también la encuentro preciosa) va de brazos cruzados y que eso es señal de mecanismo de defensa. Él se ríe e infiere que, quizás, la muchacha tuvo un mal día. A lo que yo retruco que, a lo mejor, le falta sexo (aunque después pienso que no debí decirlo).

-Es una versión de Javiera Díaz de Valdés pero en versión menuda y de ojos negros -enfatiza Byron con entusiasmo.

-A lo mejor es una gatita, je, je... -le replico.

-Yo soy como dicen que era Chaplin. Veo a una mujer guapa y altiro me la imagino desnuda y en la cama...-sostiene Byron. 

-¡Eres rápido!, ¡te admiro! -le digo con gesto de ironía.

Debo confesar que la amiga de la "morenita preciosa" me encanta. Confieso a mi interlocutor que esa chica tiene unos labios que arrancan deseos irrefrenables, aunque lo digo en forma algo sobreactuada. Mi amigo cree que es el tipo de mujer que me gusta. Argumenta él, igualmente con ironía, que ella tiene los labios recargados de lápiz labial.

-Se parece a esa cantante mexicana, menuda y bien formada, exuberante...¿eh? -dejo la inquietud en el aire.

-Una de pelo castaño, que canta como rockera. ¿Alejandra Guzmán?

-La mismita -le respondo con seguridad.

¿Qué es lo primero que le miras a una mujer?

Pronto llegamos a una pregunta casi con afán filosófico: ¿qué es lo primero que le miras a una mujer?. Quien "lanza la piedra" soy yo. Byron se ríe y me tacha de "beato" (se nota que el "episodio Sandra" pasó a la historia para él). Le reconozco a él que no es la mirada lo primero que me atrae de una dama. Pero mi interlocutor insiste con majadería. Y yo me las doy de santurrón y le respondo que él sabe lo que voy a decir. 

-¿El culo?.

-Ja, ja, ¿viste? Ni lo pensaste demasiado -retruco con firmeza.

Mujer pintada al óleo
(Ginette Beaulieu)
Sitio Cuadros Modernos
-¿Y tanto te costaba decirlo, huevón?

-Estamos en una micro. ¡No seas desubicado! -respondo serio.

-Pero si estamos en el Transantiago!, ¡jajajaj!!, vuelo 500, destino Nueva York.¡Jajajaj!

Lo que tenemos claro es que, si es como para mirarla, no queda otra, ¿no?. ¿Y algo más?. Sus senos: esas hermosas redondeces. Pero Byron enfatiza que también el culo. Y lo dice con gran énfasis y ademanes alusivos (¿las chicas del frente se habrán dado cuenta?).

De pronto le recordé, en tono de broma, que Sandra tiene un bonito trasero (y es cierto). Él se molestó un poco y lo fundamentó en algo en que tenía razón: que yo mismo le decía que olvidara a Sandra y que, sin embargo, ahora se lo recordaba. Pero yo también recordé que él me fastidiaba harto.

La reacción de la gente en la micro es curiosa: aunque nos esmeramos en hablar en voz baja, igualmente están pendientes.Y las señoritas aludidas en la conversación igualmente coquetean. Las sonrisas delatan. Como si supieran de lo que hablamos.

-Puede ser delgadas o rellenitas. Da lo mismo, pero que tengan las cosas bien puestas -concluyo.

-Cuando van con jeans ajustados y zapatos de taco alto se me revoluciona el mate -dice Byron, quien con ello revela que no se ha olvidado de Sandra.

-Ahí las fantasías sexuales se multiplican. Las pulsaciones son a mil...-respondo.

-Es como estar en una fiesta. Ahí la mente funciona más rápido que la acción...Y uno lucha allí para que sea al revés.

Aquella última reflexión motiva otra ironía mía hacia Byron: en cierto sentido algo así como que "te las sabes todas". Acto seguido, él se jacta de su "vasta experiencia" (pero si no hemos pasado el umbral de los 40 años de edad, reflexiono).

-¿Y qué te imaginas con la morenita?

-Que la agarro en la cama, la zamarreó cariñosamente y le beso todo: hasta la sombra....-con esta descripción, estilo Arjona, Byron brinda parte de su enorme repertorio creativo. Pero esto último no pretendo hacérselo saber (para no lesearlo más).

-En cambio yo hago un recorrido por el cuerpo de la doble de Alejandra Guzmán...Un recorrido imaginario, claro.

-Pero, ¡ojo!: no vaya a ser rockera -me responde el ingenioso Byron.

-¡Imaginario dije! Recuerda que soy un hombre casado -aclaro serio a mi amigo.

Y allí mismo coincido con él en que recorrer el cuerpo de una mujer debe ser como la travesía de un automóvil en una zona cordillerana: pueden haber restricciones en el camino pero, al agarrar vuelo y amor, el hombre no para más. ¡Como un romántico avión!





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