"Noticia de un Secuestro": el García Márquez que nos acerca la cruda realidad

"Noticia de un secuestro"
versión "Unibol" 
DE LA BOLIVARIANA
El clásico relato novelado del Premio Nobel colombiano transmite la sensación de indefensión y de terror nacionales producto de una decena de secuestros en tiempos en que el narcotráfico reinaba y prácticamente cogobernaba casi sin contrapeso en su país.

La motivación por escribir acerca de "Noticia de un secuestro" es doble. Por una parte está la referida al autor del libro: Gabriel García Márquez, quien dejara nuestra vida terrenal hace dos meses. Sin más adornos (y en palabras muy simples), es un homenaje póstumo de este humilde servidor para el "Gabo", Premio Nobel de Literatura y ciudadano ilustre de Colombia y del mundo.


La restante mitad motivacional tiene que ver con un acontecimiento alusivo, ocurrido a mediados de 1999: recibí de regalo un libro de la misma historia real novelada. El agasajo tuvo lugar durante un solemne acto de graduación de egresados y titulados de la Universidad Bolivariana, iniciativa realizada en el Teatro Novedades de Santiago y organizada por alumnos regulares de aquellos tiempos del plantel, justamente dedicada para quienes ya habíamos salido de allí en los años inmediatamente anteriores. A cada agasajado/se le obsequió un ejemplar del libro. 

Ese evento tuvo una gran impulsora: la colega, amiga de mi madre, amiga feisbuquiana del suscrito y entonces directora de la carrera de Periodismo de la "Unibol", Renée Gëwolb.

El regalo, muy bonito y que atesoro con mucho cariño, consistía en una versión con tapa exclusiva del ejemplar, publicado en su decimotercera edición por la editorial Sudamericana de Buenos Aires. Dicha serie fue lanzada en febrero de 1998. La primera salió a la luz en mayo de 1996.

Casi al inicio, antes del título y del prólogo, una hermoso texto de Simón Bolívar irrumpe: "...Lo futuro es la propiedad del hombre, pues éste siempre vive lanzado en la región de las ilusiones...".

Algo así como co gobierno, un imperio 
"Noticia de un secuestro" fue una de las últimas entre las decenas de obras que publicó García Márquez. No pretendo hacer una especie de análisis del contenido del libro, pero sí poner de relieve el contexto: una decena de secuestros asociados a esa especie de co gobierno al margen de la ley que supuso en Colombia el narcotráfico, representado en el crudo relato, ambientado en los años 90, por el líder del Cartel de Medellín y de los denominados Extraditables, Pablo Escobar.

Portada "Noticia de un secuestro"
(blog El Buen Librero)
Escobar fue el dueño de un verdadero imperio que, sin duda, constituyó el mayor lastre para el gobierno del entonces presidente, César Gaviria, el hombre llamado a combatir esta especie de poder fáctico antisocial que coronó, al menos, 20 años de "narcoterror" en su país y, en la práctica, el origen de una nación paralela, con sus normas y valores.

Amenazas, enfrentamientos, sangre, asesinatos, secuestros, duras negociaciones, mediadores de alto nivel y credibilidad pública, el perfil más humano de secuestradores y victimarios, el aspecto más íntimo de secuestrados y víctimas, la angustia de la incomunicación, el poder del dinero, la opulencia, las distintas formas de "ver" la justicia, las "camisas de fuerza" de las autoridades para resolver la situación, la elaboración de las estrategias y las "jugadas" de los protagonistas para poner fin a los secuestros o para mantener a toda una nación con el "corazón en la mano" (dependiendo, claro, del punto de vista que se le mire), el fin de un imperio, en fin. 

"Noticia de un Secuestro" transmite la sensación de indefensión de quienes son objeto de los plagios y de los familiares y amigos de éstos, y por natural añadidura, el nivel de impunidad y de grotesca sensación combinada de abundancia, poder y abuso de la organización autora de los plagios.

Origen simple y legado permanente
El ya clásico libro tuvo su origen en 1993 tras una propuesta de Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar, a García Márquez, en el sentido de escribir algo que dejara como aleccionador relato lo que a ellos les ocurrió. Sin embargo, el propio futuro escritor del texto se dio cuenta que no iba a ser posible reducir aquel relato sólo a dos testimonios, sobre todo considerando que hubo otros protagonistas. Y lo hizo.

"Su dolor, su paciencia y su rabia me dieron el coraje para persistir en esta tarea otoñal, la más difícil y triste de mi vida. Mi única frustración es saber que ninguno de ellos encontrará en el papel nada más que un reflejo mustio del horror que padecieron en la vida real. Sobre todo las familias de las dos rehenes muertas -Marina Montoya y Diana Turbay-, y en especial la madre de ésta, doña Nydia Quintero de Balcázar, cuyas entrevistas fueron para mí una experiencia humana desgarradora e inolvidable", detalla el Premio Nobel colombiano casi iniciado el relato. 

Sin duda una gran herencia de memoria histórica para las nuevas generaciones.    



  

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