Especial Partidos con Historia VI: Católica campeón en tiempos de dominio albo

DESDE EL CÓRNER
Algo que les traerá gratos recuerdos a los/as amigos/as de la UC y de Cobreloa (y, quizás, al resto también).

Puede ser que haya sido algo así como una revancha...

Cuando Colo Colo dominaba casi sin contrapeso la escena del fútbol chileno aquí y en la quebrada del ají, los cruzados se adjudicaban su segunda Copa Chile ante un siempre aguerrido Cobreloa.


Corría 1991 por entonces, había entrado a una universidad privada a estudiar periodismo, me pasaba una buena parte del día escuchando a Genesis, admiraba los nuevos discos de Sting y Rush (la Futuro era mi radio favorita), vi (al decir del recordado Ángel Parra) triunfar al Colo Colo  en el terreno internacional, fui testigo de cómo el Presidente Aylwin enfrentaba la pedregosa “transición a la democracia” y, lamentablemente, de cómo nuestra selección de fútbol no podía ganar su propia Copa América (a su vez, tanto como el cacique, también me encandilaba lo que hacía el equipo que, a la postre, fue el campeón del torneo continental: una Argentina donde brillaban Batistuta, Leonardo Rodríguez y compañía, sin Maradona).

Pero había un hecho que pasó casi inadvertido, que quizás los hinchas cruzados y loínos lo han olvidado algo. Claro, en un año en que los albos, comandados por el entrenador croata Mirko Jozic, seguían ganando casi todo y gozaban del máximo trofeo de nuestra “América morena”: la Copa Libertadores, Universidad Católica y Cobreloa tenían también unos equipazos que protagonizaron la final de la Copa Chile, competencia que todavía no se había devaluado demasiado (como sí ocurrió hace algunos años) porque gozaba de suficiente respeto (cabe resaltar que en esa época era impensado “sufrir” la voracidad tuitera y feisbuquiana sin filtro y, por ende, hablar abiertamente de “copa de cartón”).

Católica era dirigida por Vicente Cantatore (el técnico del mejor Cobreloa de la historia) y contaba en sus filas con figuras de la talla del guardavallas Patricio Toledo, Andrés Romero, Fabián Estay, Jorge Contreras (el querido "Coke"), el argentino José Percudani, el peruano José del Solar y Nelson Parraguez, entre otras.

Cobreloa, en tanto, era comandado técnicamente por Fernando Cavalleri (“Magnum” para su amigos) y tenía en sus filas a grandes jugadores como Mario Osbén (el “gato”, quien brillara en Unión española, Colo Colo, y la selección), Luis Abarca, Marco Antonio Figueroa, Osvaldo Gómez, Héctor Puebla (el “Ligua”; sobrevivientes los dos últimos de la época de mayor gloria del club de la Segunda Región), el trasandino Sergio Merlini (el "mago") y Juan Covarrubias, entre otros.

Estrecho pero bien jugado
Fue un partido estrecho, de resultado incierto hasta el final, con leve superioridad (conforme al compacto) de Católica, pero muy limpio y que, por su envergadura y relevancia, debió merecer un mayor público (el público controlado en el Estadio Nacional no superó las nueve mil personas).

El gol de los cruzados fue de muy bonita elaboración: sacó la pelota Toledo y, antes de la mitad de la cancha, Ricardo Monje la entregó a Estay y éste, a su vez, hizo lo propio con el "Coke", quien acto seguido realizó un envío alto que le llegó perfecto a Percudani a la altura del área rival. Allí el argentino superó a Claudio Tello y con balón dominado le hizo un "sombrerito" a Osbén para decretar el único gol de partido. Corrían 28 minutos del primer tiempo.

Como señalara, si bien es cierto Católica pudo alargar las cifras (entre ellas un balón sacado desde la misma línea de sentencia), los naranjas tuvieron chances interesantes, como una del "fantasma" Figueroa en pleno segundo tiempo, ocasión en la que, con algo más de potencia y dirección, pudo haber derrotado a Toledo. También, posteriormente, un palo salvo a la portería cruzada. En la vereda opuesta, Estay pudo liquidar, pero el "gato" Osbén tapó espléndidamente.

La UC ganó, de este modo, su segunda Copa Chile. La primera fue en 1983 cuando se denominaba Copa Polla Gol (dirigía Ignacio Prieto y brillaban Jorge Aravena y Osvaldo "Arica" Hurtado), la tercera en 1995 (tiempos de Pellegrini y la gran dupla Acosta-Gorosito; curiosamente el rival de la final también fue Cobreloa) y, la última, el 2011 (con Mario Lepe en la dirección técnica y figuras como Milovan Mirosevic y Daúd Gazale).

Cobreloa, en tanto, no tuvo en 1991 un año especialmente espectacular (remato cuarto), pero al año siguiente ganaría su cuarto título nacional de la mano de José Sulantay.

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