Cine sin tiempo ni espacio: ni vascos ni catalanes, o ambos

"Ocho apellidos catalanes"
Sitio Tele 5
Con "Ocho apellidos vascos" y "Ocho apellidos catalanes", el director Emilio Martínez-Lázaro y los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José no sólo fueron capaces de generar historias abundantes en contradicciones y en tono de comedia, sino que en menos de 20 meses lanzaron estas dos películas que sobresalen notablemente tan sólo por "despeinar" y darle toques de humor a un tema que en España, mirado desde los puntos de vista político, sociológico y hasta antropológico, regularmente es analizado con mayor seriedad y, si no, con mayor gravedad. "Nacionalismos", dirán algunos. "Sentido de pertenencia", sostienen, algo más moderadamente, otros.

Y el amor es el palillo que teje ambos largometrajes. En "Ocho apellidos vascos" (2014) una joven vasca, visiblemente molesta por la forma en que finalizaba su despedida de soltera en Andalucía, regresa a su natal pueblo, hasta donde la sigue un humorista con quien no alcanzó a consumar una relación sexual la misma noche de la citada despedida pre matrimonial, a pesar de un apasionado ósculo que siguió a una fuerte discusión previa entre ambos.

Por cierto, el matrimonio pretendido por la muchacha no se concreta, no hay mucha sintonía al principio con el joven sevillano y se produce una serie de situaciones donde se suceden parentescos postizos, evidentemente una que otra mentira casi piadosa, ayudas de amigos, la intervención del padre de la joven, la irrupción de una mujer madura que se transforma en consejera del humorista andaluz y, en consecuencia, un desenlace algo previsible, pero que no le quita ritmo y fluidez a la comedia.

En "Ocho apellidos catalanes" (2015) los protagonistas rompen el vínculo de pareja que los unía y la joven anuncia un nuevo matrimonio suyo con un catalán muy consciente de los atributos de quienes forman parte de su terruño y nieto de una mujer con importantes recursos económicos y algo olvidadiza, que no desea que el joven, una vez casado, cambie demasiado su rutina, muy respetuosa de la estructura vital y forma de pensar de la abuela. La maraña de contradicciones, que incluye una enamorada incógnita y otra reconciliación, deriva en un final quizás igualmente obvio, pero que no le resta a la cinta los atributos de la atención permanente y las consecuentes carcajadas.

Si en "Ocho apellidos vascos", las organizaciones independentistas logran notoriedad con sus banderas y gritos, "Ocho apellidos catalanes" tiene un un valor añadido: las tradiciones como aquéllas, por ejemplo, donde la gravedad desafía al aspecto físico de los humanos.. En ambas películas el paisaje es bellísimo.

El reparto del primer filme referido cuenta en los roles principales con Clara Lago, Dani Rovira, Karra Elejalde y Carmen Machi; a quienes se agregan en el segundo Belén Cuesta, Berto Romero y Rosa María Sardá.


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