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| Christian Thielemann Foto sitio Digital Concert Hall |
Dentro del ilimitado repertorio de Youtube, no hay duda que Ludwig Van Beethoven debe ser, sino el más, uno de los compositores más populares de la música de todos los tiempos. Tampoco es un misterio que, dentro de la archi requerida plataforma sus obras aparecen en múltiples versiones, interpretaciones y demases (lo que ocurre, por cierto, con Mozart, Tchaikovsky, Bach y muchos connotados autores más). No vale la pena profundizar en aquello: la pura mención de uno de estos nombres ya da para mucho.
Al pinchar "Pastoral", "Beethoven Sexta Sinfonía" o "Sinfonía Pastoral", aparecen distintas interpretaciones de la famosa obra del músico alemán, entre ellas las de directores como Herbert von Karajan y Leonard Bernstein, y partes de la película "Fantasía" (1940) perteneciente a la generosa producción cinematográfica animada de Walt Disney.
No obstante, por un criterio personal de calidad de sonido y edición, me quedé con la perteneciente a la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida en la oportunidad por el alemán Christian Thielemann. A pesar de que la sinfonías Novena y Quinta del legendario compositor germano figuran entre las más populares, entre mis regalonas está el cuarto movimiento de la Novena y, más enteras o casi, la Primera, la Séptima y la Sexta.
Música programática aplicada al cine
La Pastoral agarró vuelo en mi consciente volátil cuando vi la película de Disney, una clase magistral música programática aplicada al cine (o viceversa) donde jóvenes centauros, centáurides, querubines y familias de pegasos convivían en armonía, privilegiando el amor entre los seres vivos y, entre éstos, la naturaleza.
No es que ésta haya sido la inspiración exacta de Beethoven unos 132 años antes del filme, pero no hay duda que era un amante de la naturaleza y sus visos de belleza y libertad, plasmados en la Pastoral, constituyen una prueba contundente de aquello. En efecto, la bautizó "Recuerdos de la vida campestre".
La conjunción de cuerdas (mayoritarios los violines, claramente) con vientos de diversa índole y algún protagonismo de elementos percutibles, dan cuenta de una obra que permite trasladarse mentalmente a una secuencia o a una pintura sobre el verde y el café de los bosques, o el azul de los lagos o los ríos, quizás como lo imagino Beethoven,, algunos años antes Haydn y, casi un siglo atrás, Vivaldi.
En síntesis, no se trata de destacar a unos músicos sobre otros ni señalar que la versión de la Filarmónica de Viena, dirigida por Thielemann, peca de tradicional, pero sí de agradecer ese diálogo constante y contumaz con distintos y notorios protagonismos e intensidades que proponen la Sexta, más allá de repeticiones de esquemas que no le restan emotividad. Es la voz de la naturaleza. Y esto no es cursilería.
Música programática aplicada al cine
La Pastoral agarró vuelo en mi consciente volátil cuando vi la película de Disney, una clase magistral música programática aplicada al cine (o viceversa) donde jóvenes centauros, centáurides, querubines y familias de pegasos convivían en armonía, privilegiando el amor entre los seres vivos y, entre éstos, la naturaleza.
No es que ésta haya sido la inspiración exacta de Beethoven unos 132 años antes del filme, pero no hay duda que era un amante de la naturaleza y sus visos de belleza y libertad, plasmados en la Pastoral, constituyen una prueba contundente de aquello. En efecto, la bautizó "Recuerdos de la vida campestre".
La conjunción de cuerdas (mayoritarios los violines, claramente) con vientos de diversa índole y algún protagonismo de elementos percutibles, dan cuenta de una obra que permite trasladarse mentalmente a una secuencia o a una pintura sobre el verde y el café de los bosques, o el azul de los lagos o los ríos, quizás como lo imagino Beethoven,, algunos años antes Haydn y, casi un siglo atrás, Vivaldi.
En síntesis, no se trata de destacar a unos músicos sobre otros ni señalar que la versión de la Filarmónica de Viena, dirigida por Thielemann, peca de tradicional, pero sí de agradecer ese diálogo constante y contumaz con distintos y notorios protagonismos e intensidades que proponen la Sexta, más allá de repeticiones de esquemas que no le restan emotividad. Es la voz de la naturaleza. Y esto no es cursilería.
Curiosidades
En torno a Thielemann, llama la atención que sea definido en su biografía como continuador de Wilhelm Furtwängler y Herbert von Karajan. En efecto fue asistente de este último cuando Thielemann iniciaba su carrera. Se destaca en el connotado director germano su inclinación por liderar interpretaciones de alta complejidad del repertorio romántico alemán, como obras de Anton Bruckner, Richard Strauss y Richard Wagner.
Entre los reconocimientos a su figura se cuentan, entre otros, el Premio Richard Wagner de la sociedad que lleva el nombre de este legendario compositor, en 2015; y el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Lovaina.
En lo que concierne a la Orquesta Filarmónica de Viena, no está de más señalar que se trata de una de las orquestas sinfónicas más importantes del mundo y en la que múltiples generaciones, desde 1882, exhibieron sus talentos y tuvieron el privilegio de incluir su presencia dentro de este selecto conjunto de instrumentistas en el desarrollo de sus respectivas carreras.
El vídeo que aquí comparto es vinculante con una caja de lujo de seis CD y un DVD alusivo a las nueve sinfonías de Beethoven, grabado en el Salón de Oro de la Sociedad de Amigos de la Música (Musikverein), en Viena, en presentaciones realizadas entre 2008 y 2010.
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