Sara Farías, operaria de Vialidad: “me he sentido bendecida”

MOPENSES
En una función con matices arduos, generalmente atribuibles a los varones, la trabajadora ha sido un ejemplo de adaptación y gran comunicación con sus pares.

Más allá de la circunstancia climática o de las condiciones puntuales: frío, lluvia o calor intenso más la factibilidad que el polvo excesivo y la sequedad vulneren un tanto la salud, o que una mala maniobra en el manejo de una máquina, o de una herramienta, provoque un accidente, la labor del operario de Vialidad se realiza con regularidad y, si se formula una mirada desde el punto de vista experimentado de muchos trabajadores del ámbito, ha tenido lugar históricamente en forma satisfactoria y, lo que es mejor aún,  sabiendo que la obra trabajada siempre tendrá un beneficio.

Evidentemente se trata de un trabajo duro, no obstante una buena comunicación, la coordinación adecuada, el apoyo entre compañeros y, sobre todo, la solidaridad entre éstos, contribuye no sólo a hacerla llevadera, sino que a tomarla con mayor cariño por todo lo que significa. Eso, según los expertos de Recursos Humanos es más que responsabilidad: es motivación, al margen de las complejidades que pudiese involucrar la actividad.


Pese al perfil masculino que tradicionalmente ha tenido la labor del operario, pensando en el trabajo bruto de construir, mantener o mejorar una un camino, un acceso o puente, el hecho de que haya una mujer como parte del equipo demuestra que las labores de fuerza no son exclusividad de hombres. En efecto, Sara del Carmen Farías Gómez es la única mujer entre los operarios de la oficina con que cuenta la Dirección de Vialidad en la Provincia de Melipilla.

Sara tiene 47 años de edad, 5 hijos (dos de ellos mayores de edad) e ingresó a Vialidad Melipilla el 10 de octubre de 2017, razón por la cual enteró algunos meses en la citada repartición MOP. Antes había trabajado en una empresa de seguridad vinculada al mundo de Internet y en el que formaba parte de un staff cuya misión era dejar el cableado respectivo en perfecto estado en las calles para el funcionamiento de las redes en los respectivos domicilios. “Y era también con gente en terreno. Ayudaba pero fundamentalmente manejaba la camioneta para el traslado y oficiaba de capataz”, enfatiza la hoy operaria vialina.

Respecto al tema del manejo, Sara maneja camiones tres cuartos (“medianos”, para la denominación común del resto de la gente) y ya cuenta con licencias de conducir A1 y, por cierto, la B. “Ahora pretendo sacar la licencia A4”, detalló.

Vialidad
En el mundo de la Provincial Melipilla abundan otra clase de maquinaria: cargadores frontales o retroexcavadores, por ejemplo. No obstante, el trabajo de Sara se asocia con todo lo que involucra el terreno mismo: ”es lo que se necesita, como chuzo, pala y todo lo que sirve para preparar el cemento –previa verificación del que es útil-, cavar, revisar las alcantarillas, etcétera. Sean como sean las condiciones del tiempo, si hay que hacer mezcla, se hace la mezcla; si hay que paletear, se paletea ”, añade la trabajadora caminera, quien es parte de un equipo de 14 personas (por cierto, las 13 restantes son varones) que desarrolla sus labores en el Camino Santa Victoria de Mallarauco.

La jornada, no obstante, no comienza en el terreno mismo, sino que en muy tempraneras reuniones, donde el jefe provincial, Orlando Ugalde Bustos, analiza con su equipo de terreno cada uno de los aspectos vistos el día anterior, en cuáles se avanzó, cuáles falta por mejorar y evaluar la seguridad de los trabajadores, por ejemplo.

“Estoy más que feliz por el recibimiento y el trato que he recibido por parte de mis colegas. En el trabajo anterior me costó más vincularme: debido al machismo que imperaba me costó encajar en la forma de trabajar de mis compañeros de allí. Pero en Vialidad fue diferente: ellos me dieron todas las facilidades del mundo, me ayudan y aconsejan”, enfatiza nuestra entrevistada, quien resalta especiales palabras de agradecimiento para su jefe, Orlando Ugalde Bustos (provincial), por contribuir en el agradable recibimiento. “Trabajo en armonía. Me he sentido bendecida”, añade Sara.

“Estoy muy contento con la señora Sara, un gran aporte a los trabajos de la Administración Directa”, resaltó, a su vez, Ugalde.

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