Ping-Pong o Tenis de Mesa: ¡anímate a practicarlo!

Dos destacados cultores de aquel deporte en el MOP nos brindan sus testimonios y consejos en torno al mismo.

Antes de animarme a escribir el presente artículo, debía despejar la duda en torno a cuál denominación le corresponde al deporte de paleta y pelota pequeñas. El tema es muy simple de discernir: en el ámbito olímpico, federado o, mejor dicho, de alta competición profesional rige la de “tenis de mesa”; y, en un plano más popular, la de “ping pong” o, en su definición correcta en español, pimpón. “Es como en el ‘deporte rey’: ‘fútbol’ en el ámbito profesional y, con todo respeto, ‘pichanga’ en los barrios. En el último caso es como que un grupito de gente se junta espontáneamente a practicar el deporte en un lugar”, me comentó un entendido en tenis de mesa.

Entre los beneficios del tenis de mesa -ping pong o pimpón- según lo que aparece en el sitio Ping Pong Plus, está el estimular la concentración, mejorar el equilibrio, desarrollar la motricidad de la mano, trabajar la agilidad mental y socializar.

Hay otros que son igualmente muy relevantes: desarrollar la visión y coordinación ojo-pelota, aportar resistencia al tronco inferior y aumentar el tono muscular, mejorar los reflejos y la capacidad de reacción, contribuir a la salud y brindar un bajo riesgo de lesiones. Sin embargo he preferido quedarme con los citados arriba no sólo por temas de espacio del presente texto sino porque uno de ellos, socializar, convoca al espíritu que tienen las secciones “Sabías que” y “Conozcamos a” de la Intranet ministerial (el espacio para el que originalmente fue pensando el artículo): no sólo detallar los aspectos laborales y extralaborales que sobresalen por su singularidad y aporte natural dentro del Ministerio de Obras Públicas, sino que destacar a las personas y su capacidad de compartir con otros a través de sus gustos o capacidades en acción.

Es el objetivo que, además, persiguen la División de Desarrollo y Gestión de Personas SOP, el Servicio de Bienestar y la Corporación Deportiva a través del deporte. Los cultores del tenis de mesa, de hecho, tienen su espacio mopino en el nivel central: dos veces por semana en el segundo subterráneo del edificio de Morandé.

Volviendo a los beneficios, cabe resaltar que en el estímulo de la concentración, dada la rapidez de este deporte, quien juegue no puede perder de vista la pelota y lo que haga el adversario con ella, lo que le ayuda a reaccionar oportunamente y hasta sorprender; en la mejora del equilibrio, la práctica contribuye a la postura corporal y reduce la posibilidad de caídas y lesiones; en la motricidad de la mano, se trabajan las articulaciones y músculos de la extremidad de manera rápida, lo que mejora la motricidad y la agilidad corporal; en la agilidad mental, aunque se requiere de planificación estratégica, las decisiones deben tener lugar en un tiempo muy escaso, por lo que dicha agilidad se trabaja en cada golpe; y, en cuanto a la socialización, por ser colectivo al darse un oponente o al jugar en dupla para entrenamientos y partidos, hay igualmente una gran oportunidad para compartir y hasta hacer amistades con otras personas interesadas en el referido deporte.    

Palabras de campeones
En el presente “Sabías que”, los funcionarios Juan Machuca Muñoz (Subdivisión de Informática de la Subsecretaría) y Patricia Valderrama Pizarro (Departamento de Remuneraciones de la Dirección de Contabilidad y Finanzas), campeones de tenis de mesas en las respectivas categorías del aniversario 131 de nuestra institución, compartieron sus testimonios acerca de por qué les gusta este deporte:

-En mi época de básica, más o menos de quinto a octavo, empecé a jugar. Jugaba, jugaba, jugaba todos los recreos. Siempre era el tema de jugar ping pong. Una vez que tocaban la campana en el colegio, yo estaba de las primeras allí porque la que llegaba primera al patio techado de mi colegio, era la primera que partía; y después venía la segunda, la tercera y así. Yo empecé a ser la primera y empecé a sacar a todas. Estuve siempre: nadie me sacaba de allí.

Juego solamente cuando hay que participar. No lo hago a menudo. Me gusta el tenis de mesa pero, desde que estoy aquí en el MOP, siempre he jugado solamente para los aniversarios. Yo estuve también en la Región Metropolitana y fue igual. No juego por hobby o porque sea mi deporte favorito. Si lo practicara más seguido y me puliera al respecto, no estaría trabajando aquí –ríe-. Lo hago sólo para las competencias. Es sólo por gusto, es natural. Obviamente de técnica no entiendo mucho, pero trato de hacer lo que más puedo y jugar con ganas, siempre a ganadora.

Como en mi dirección ya me conocen, he jugado en otras ocasiones y he ganado, igual me tenían identificada para participar -ríe nuevamente-.

¿Algún mensaje especial para la gente que practica tenis de mesa?

Es raro lo que voy a decir, pero un día le dije a una amiga que yo iba a jugar pimpón y me gusta ese deporte. Ella, me miró y se rió porque dijo “¡deporte!”. Pero no sabía que éste implicaba bastantes movimientos, que una parece monito saltando de un lado para otro para responder a las pelotitas. Y la verdad es que con esos movimientos, al otro día, si la persona no tiene mucho entrenamiento, igual se sienten los músculos resentidos sobre todo los de las piernas. Pero a mí en lo personal me gusta bastante este deporte. Para que puedan practicarlo tiene que gustarles y, así, animarse a practicarlo. Ésa es la clave para mí y en todo aspecto de la vida.

(Patricia Valderrama)

Yo me acerqué inicialmente al pimpón igual que como cualquier cabro de enseñanza media. Principalmente por entonces empecé a jugar. Descubrí, principalmente con el tiempo, que cada uno tiene su deporte. Lo intenté con el fútbol, pero por la brutalidad de éste -que es parte del juego-, desde que me pegaron mi primer codazo para atrás, me dije que “nunca más, ésta cuestión no es para mí”. Y elegí el pimpón que, si bien igual tiene sus riesgos, es un juego donde éstos son bastante menores.

Pero esta predilección por el pimpón se dio fuerte en la universidad. De hecho, de repente jugaba más de lo que estudiaba. Y en la universidad fui parte de la selección de la facultad. Ahí como que lo empecé a valorar. Después de esa etapa estudiantil, tuve algunos problemas de salud, me recomendaron que hiciera pimpón y volví a hacerlo: de hecho me sirvió para bajar 20 kilos. Hace poco más de un año que participo en un taller de pimpón en la comuna, con profesores y todo lo concerniente a ello. Con eso ya me solté un poco más. Debería haberlo hecho antes pero nunca es tarde. Me ha servido mucho, es súper útil para la salud, para el espíritu, sirve para todo.

No ha sido difícil convocar a los cultores del deporte al espacio disponible del subterráneo. Si esto tú lo nombras, se llena de inmediato: tengo seis u ocho personas que vienen regularmente y, en efecto, están cada vez queriendo venir más, pero de repente algunos tienen el problema del horario. Sin embargo tiene alta demanda, así que es cosa de qué sepan en qué minuto, en qué lugar se realiza y vienen solos. Prende solo esta cuestión, si a la gente le gusta.

(Juan Machuca, quien además es coordinador del uso del espacio para practicar pimpón en el segundo subterráneo de Morandé 59)

Comentarios