Tomás Delgado: geógrafo de Dirplan y amante de la montaña

Tomás Delgado (el primero desde la derecha.
Foto de su gentileza)
El profesional de 28 años comparte detalles de su experiencia en las alturas.

“Es más un deporte que una práctica”, precisa Tomás Delgado Castro ya arrancada la entrevista cuya sustancia: su pasión por el montañismo, hoy comparto con ustedes. Él es geógrafo de profesión, integrante del equipo de la Unidad de Análisis Territorial de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas, tiene 28 años, es santiaguino y… amante de la montaña.


-¿Cómo surge este interés?

-Básicamente uno va por etapas. Al principio uno va con su mochila a algún parque nacional en un verano, después eso se repite varios años con los amigos y después uno le pone un poquito más de dificultad. En vez de acudir a un parque nacional, que es como hacer trekking (senderismo/excursionismo) hace montañismo, que es subir pendientes, es más altura, y con el tiempo uno va agarrando más conocimiento: se mete a cursos de montaña. 

Yo me metí al Club Andino Universitario, que es de la Universidad Católica, y ahí estuve mis primeros años. Ahí tomé cursos básicos y aprendí lo necesario. 

-Cuestiones más técnicas o de subsistencia.

-Sí. Costó harto eso. Ahí partí, con cerros más bajos, cerca de Santiago. Tengo amigos con alta motivación, así que partí con ellos. 

-Cuando hablas “cerca de Santiago”, ¿no se trata del San Cristóbal?

-No. Sí cerros como el Provincia, que son ya de tres mil metros de altura más o menos. Después empezamos a agarrar vuelo y fuimos a El Plomo, que es el típico que se ve aquí en Santiago; y el Glaciar, que tiene cinco mil 400 metros de altura. Entonces uno va gradualmente aumentando el nivel de dificultad. Es parte del montañismo. 

-¿Cierta adrenalina? (hormona asociada al estrés del riesgo, aunque con tinte de aventura y de estar alerta, preparado)

-Sí, uno quiere más. Es un desafío cada vez mayor. 

-¿Cuáles son las circunstancias en que realizas excursión?. Me refiero a tipo de día, clima, horarios, por ejemplo.

-Por lo general, en una montaña alta, por ejemplo las de Bolivia, uno parte a la una de mañana, siempre caminando. Son montañas con harto hielo, con harta nieve, entonces tú tienes que partir con el hielo duro. Una vez que sale el sol, el hielo se ablanda y caminar es peligroso, te cansa el doble y, aparte, puede haber riesgo de avalancha. Entonces hay que salir siempre en la noche. Así tú deberías llegar amaneciendo a una cumbre y, ya con los primeros rayos de sol, estar bajando. Ésa es la idea. 

-Eso es lo ideal…

-Estamos hablando de cerros de más altura. 

-Algo así como con un clima intermedio.-Exacto, sí. Mucho sol también es muy malo. 

-¿Y si hay temperaturas bajas?

-Con muy bajas sí se puede. Quizás muy bajas con nieve es más peligroso. 

-¿De poco grados sobre cero o menos?

-Lo mínimo con que he caminado ha sido 15 grados bajo cero. Al hacer uno actividad física igual va equipado, con harta ropa que se ha comprado durante años. No es muy económica, no es muy barato el deporte, pero de a poco uno se va comprando una buena chaqueta de pluma, uno va bien equipado en tema de pantalones. 


Alturas de Bolivia

Tomás va siempre en grupo a escalar montañas: dos o tres amigos al menos. “Este año fuimos a Bolivia sólo dos y siempre vamos con un guía. Esta fue tercera vez que fui a Bolivia a escalar, así que conozco guías por allá y se me hace más fácil el tema”. El guía es una persona que es de la zona visitada y, por cierto, la conoce. Logran dar con él fácilmente vía contacto con la misma organización que apoya las travesías. 

“Yo sólo partí con el Club Andino pero después me salí. Siempre he sido más independiente, he ido por iniciativa propia. La primera vez que fui a Bolivia conocí a la gente, conocí un par de cerros no tan altos. La segunda vez ya conocí a quien llamar o contactar. Siempre voy con un guía, que se llama Iván, que es de allá, de La Paz. Es un siete. Es más joven que yo, pero lleva muchos más años que yo escalando en altura. Es gente que sabe”, añade el montañista y geógrafo, quien práctica el deporte desde hace cuatro años.

“Es mi deporte. Después del trabajo voy y entreno. Y lo hago casi todas las semanas. Voy a dos clubes diferentes, que se complementan perfecto para esto que es la montaña, que es prácticamente donde estoy todos los fines de semana: uno de running, que es del Estadio Nacional y es un team (equipo); y, en escalada, voy siempre a un gimnasio que queda en La Reina, que es más de Boulder (escalada artificial). Entreno más Boulder, donde no necesitas cuerdas para escalar. Son escaladas más cortas, de muros de tres o cuatro metros. Si te caes, caes en una colchoneta. Es más de fuerza, no es como escalar en los muros gigantes.

-Mencionaste Santiago, mencionaste Bolivia. Me imagino que has ido a distintos lugares, incluso fuera de Chile.

-Sólo he estado en esta región, la Metropolitana, y Bolivia. 

-¿Eliges fines de semana o hay fechas específicas en que te interesa subir?

-En teoría este deporte se debería practicar más en invierno y primavera. En primavera es perfecto porque ya están un poco los deshielos, puedo subir a lugares de manera más sencilla y se dispone de recursos hídricos. De repente uno camina tres o cuatro días y no carga muchos litros de agua. Entonces, si hay hielo para derretir es perfecto. 

-¿Sabes que hay un grupo de Montañistas en el MOP?

-Moptañistas -aclara sonriente Tomás, quien detalla que salió una vez con ellos a Río Olivares, que queda en el Cajón del Maipo. “Son un grupo bien motivado de personas”, añade. Allí conoció, entre otros “Amantes de la Montaña”, a Teresa Vásquez Contreras, la profesora de educación física que trabaja en el Servicio de Bienestar; a la abogada de la Fiscalía, Violeta Reyes Donoso; y a Dagoberto Aranda Rivillo, quien también trabaja en la Dirplan, entrena runnings y acude a maratones. 

-¿Qué mensajes quieres compartir con la gente que tiene un “bichito” de interés en practicar este deporte?

-Si tienen este “bichito” lo primero que tienen que hacer es meterse al Club de Moptañistas. Allí tienen como la primera mirada de lo que están haciendo, los lugares a los que se pueden ir. Si pica realmente el “bichito”, hay un montón de clubes de montañismo en Santiago y el resto de Chile, que te enseñan desde la básico. Allí uno se puede ir perfeccionando de poco. Pero a nivel local, los Moptañistas es como lo mejor. Es la primera medida si es que quieres involucrarte en el tema.  

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