Juan Gabriel y Stevie Wonder en un bar

Juan Gabriel y Stevie Wonder (fotos sacadas de
Us.hola.com y Wikipedia, respectivamente) 
Por Gonzalo Figueroa Cea

El calor de la capital tiende a restarle fuerzas a las voluntades físicas, aunque no a las mentales. Por lo mismo, al finalizar la jornada de trabajo Ferenc Mancilla decide acudir al baño más próximo a la oficina para refrescarse la cara con agua, sacar la ropa liviana desde su mochila y cambiarse. La tenida semi formal da paso a una polera negra con una imagen de un joven David Bowie, unos bluyines recortados a la altura de las rodillas, calcetines deportivos y zapatillas negras.

Tras bajar seis pisos vía las escaleras y salir del edificio, Ferenc siente que la sensación de calor ha disminuido tan notoriamente que la voluntad física triunfó. Ahora debe caminar desde el centro de la comuna de Santiago algunas cuadras al poniente, cruzar la pasarela de la mítica Norte-Sur ("Autopista Central" según las reglas del sistema, "Panamericana" en los corazones de los sudacas chilenos y los otros) para llegar al lugar convenido mutuamente con su amigo River Vélez para juntarse: un bar. Mancilla admira a River, a quien considera algo así como un alter ego.


El trecho es abordable: no debe ser un kilómetro y algo más en un par de decenas de minutos. El lugar elegido está muy cerca de la Plaza Brasil, en la avenida del mismo nombre, pocos metros al sur de Huérfanos. Llega Ferenc y...ahí está River, de jeans y chaqueta de cuero, sentado, sereno, fumando...en la zona de fumadores y dos copas de pisco sour en la mesa. Es la más cercana de la entrada. Hay poca gente y son las 19 horas, tiempo de "Happy hour". Él también está de tenida deportiva.

-¿Cómo estás, muchacho? -pregunta Vélez.

-Bien, pero nostálgico.

-¿Qué para por tu cabeza, querido Ferenc?, ¿algo que ver con tu mujer? -consulta el "alma gemela".

-No...Con ella está todo bien y con las niñas también.

-Entonces...

-Recuerdos, simples recuerdos -responde Mancilla, con una agradable sonrisa resignada.

-Ya lo sé amigo: 1984 -retruca River.

-Y también 1985, 1986 y otros años de entonces -complementa Ferenc.

-Pero nada que ver con Orwell ni con la dictadura -infiere asertivo River.

Hay música de fondo: "Acordeón" cantado por Massiel, curiosamente un éxito de la época aludida.

-Pensar que podría ser nuestra madre -enfatiza Vélez.

-Sí...¡Maravillosa ella! -subraya Ferenc.

-Bueno, somos casi cincuentones...Pero cuéntame más.

-A fines del 84 estaba en sexto básico, tenía como 12 y estaba complicado de salud, con resfríos sucesivos. Pasé semanas en cama -detalla Mancilla.

-Algo me contaste, compadre. Y...

-Cuando volví al colegio, llegué atrasado ese día y mis compañeros y compañeras de curso me aplaudieron de pie -continuó Ferenc.

-Me imagino. Como que te tenían harto afecto -opina River.

-Y no te contaré más al respecto porque sería una cosa ...un tanto vanidosa -confiesa un Mancilla algo emocionado.

-No es para menos. ¡Tantas semanas en cama!...y el cariño -, sostiene Vélez.

Tras unos segundos de duda, el mismo River retoma la conversación. De fondo se escucha ahora "Somewhere in the world" de Boney M.

-Eras un rayado de las radios AM ochenteras.

-Sí. Aquél es un vicio que te lo copié a ti, River.

-¡Jajajaj!, a la señora que hacía el aseo en la casa en esos años le gustaba escuchar las canciones de las radios AM -detalla Vélez, quien recuerda que la mujer tenía entre sus artistas regalones a Camilo Sesto, Dyango, Raphael, Jairo, Víctor Manuel, Mocedades, Julio Iglesias, el "Puma" Rodríguez, Sandro, Franco Simone, Emmanuel, José José y Paloma San Basilio, entre otros.

-¡La señora Norma! -ríe Ferenc-. Y me encontré con la hija de ella tiempo atrás. Me dijo que su predilección actual es una cantante chilena: Lucy Helena.

-¡Lucy Helena!...♫♬♪¡Quiero volveer a tiii!♬♫♩ -asocia y canta River.

-Ese tema, en honor a la verdad, es de Juan Antonio Labra, pero en la voz de ella y en bachata, es una maravilla. ¡Ella es maravillosa! -subraya Ferenc.

-Pero, amigo, convengamos en una cosa: algo especial te producía escuchar temas de Juan Gabriel y de Stevie Wonder.

Ferenc se queda muy pensativo varios segundos. De fondo se escucha "Cuidado con la noche" de Sergio y Estibaliz, Hasta que suelta algo así como un lema, casi un slogan épico: "Si, ¡el triunfo del amor!", sostiene con los ojos bien abiertos y convencido.

-A ver, cuéntame un poco más...-solicita River.

-Algo así como que, pese a todo, pese al tiempo, pese al clima, allí está el amor - explica Mancilla.

-Pero en el caso de Juan Gabriel y Stevie Wonder ¿cómo aplica esta conclusión tuya? -pregunta Vélez.

-Juan Gabriel en "Querida" le pide a ella que vuelva, que lo acompañe, que ilumine su casa. El protagonista de "Querida" no es el menospreciado, no es el descartado, no es el celoso -argumenta un Ferenc con los ojos muy abiertos y queriendo ser lo más persuasivo posible con su amigo.

-Como sí ocurre con Perales en "¿Y cómo es él?". Bueno, tampoco sabemos si en "Querida" hay otro hombre -infiere River.

-No. Pero ése no es el punto. Es como que piensas en ella y deseas que ella esté allí, a tu lado. Así de simple.

-Bueno, por eso me han gustado siempre las canciones de Juan Gabriel, porque él cantaba desde la simpleza del amor -concluye el alter ego de Mancilla.

-¡Y del amor no correspondido! -sentencia el mismo Mancilla, con un rostro algo más arrugado que de costumbre y algo lloroso. De fondo se escuchan los segundos finales de la profunda y melancólica "Yo no podría vivir sin tí", de Joan Baptista Humet.

-Te entiendo...A mí me pasaba lo mismo -confiesa su amigo.

De fondo se empieza a escuchar "Y voy a ser feliz", cantado por Marisela.

-Ahora cuéntame -retruca ansioso Ferenc.

-A mí me ocurría eso con esa canción de Juan Gabriel y otras más de él. Pero también me pasaba con los temas de Stevie Wonder de ese entonces -reconoce River.

-Supongo que no te pasaba con "Amante por hora" o "Isn't she lovely".

-No. De hecho la primera que mencionaste no tiene que ver con lo que me pasaba y, la otra, menos: es muy linda pero recuerda que se la dedicó a su hija recién nacida a mediados de los 70 -aclara Vélez.

-Estás en lo cierto -responde, escueto y sincronizadamente, cabizbajo Ferenc.

-En realidad no digo que "I just called to say I love you" tenga un texto parecido a "Querida", pero también está implícito un deseo.

-Es evidente. Él lo reduce a una llamada telefónica y sus mensajes de amor a ella -precisa Mancilla.

-Claro, ocurren mil cosas en su mente, pero él la ama y...algo aparentemente impide que no se vean -sostiene Vélez.

-No creo que sea una referencia a su ceguera. Es mucho más profundo -infiere ahora Ferenc.

-Evidente: hay referencias a la Navidad, a los corazones de dulce cubiertos de chocolate, a la lluvia de abril, a la primavera, a los julios calurosos, a la luna llena de agosto, a la brisa de otoño, a las hojas, a las aves que vuelan hacia el sur e incluso a Halloween...Pero lo que pesa es el deseo -precisa River.

-Fue en 1984 .puntualiza Mancilla.

-Y todavía estábamos sólos -responde su alter ego.

-Amigo: éramos casi niños todavía , pero nuestra mente ya volaba y las hormonas también. A lo mejor ya estábamos enamorados de alguien.



















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