Sabiduría total

Foto de Novandro Manik 
Por Gonzalo Figueroa Cea

Son cerca de las 9 de la mañana y Ferenc Mancilla camina hacia el antiguo, elegante y céntrico edificio donde tendrá lugar la capacitación solicitada por su jefa. La presencia es obligatoria y el tema del curso suena desafiante y hasta ultra ambicioso ("muy de los tiempos actuales", dirán algunos): "Liderazgo en equipos de alta competencia". Ferenc está con su mejor pinta: corbata azul marino, camisa blanca y terno negro...Nada mal dada la proximidad del verano y cierta comodidad individual necesaria.

Llegado al lugar saluda a los anfitriones y a sus compañeros/as de trabajo ya presentes, conversa con ellos/as y comparte con los mismos café y galletitas, invitados por la entidad organizadora, de nombre...algo rimbombante. Pasados 15 minutos son invitados a la sala de capacitación por la relacionadora pública, de gran parecido a la actriz Alejandra Herrera en tiempos de "Amor a Domicilio". Una vez sentados se inicia formalmente la actividad principal.

-Les voy a presentar al relator: Donato Quintiero, quien es director del programa de capacitaciones de Total Wisdom, nuestro centro de formación. Él es sociólogo, máster en las materias asociadas a esta capacitación y académico. Donato, te dejo con los alumnos.

-Muy buenos días -dice muy ceremoniosa pero amable y sonrientemente Quintiero, cuyo aspecto físico, por lo largirucho y ultradelgado, es una curiosa mezcla entre los actores Francisco Melo, Bastián Bodenhöfer y Alvaro Rudolphy...Algo así como el pelo algo largo y desordenado del primero, la gesticulación manual y cervical del segundo, y la sonrisa y geométrica de cara del tercero. Evidentemente, tras el saludo como adultos serios y respetuosos, todos están muy concentrados escuchando al algo histriónico expositor, quien se pasea de un lado a otro y de atrás para adelante dentro de la sala, tras apretar play a su notebook para exhibir una presentación con imágenes de apoyo.

-Y tal como observamos allí, el día dura 24 horas, dos días duran 48 y, tres, 72 horas... Y así sucesivamente. La Tierra gira y gira sobre su propio eje imaginario y casi no nos damos cuenta -enfatiza Quintiero, quien sigue caminando dentro de la sala, como queriendo hipnotizar con su sonrisa y el resto de sus notorios gestos.

-Pero también nuestro planeta gira en torno al Sol durante 365 días...¡Y eso es un año! Pero tampoco necesariamente nos damos cuenta -añade el relator. Algunos alumnos/as ríen nerviosamente, pero sin exponerse demasiado.

-Y podríamos irnos al Big Bang, que es muy interesante. Pero también es interesante saber que descendemos del mono, que somos sus parientes más avanzados -subraya el académico. Todos siguen la exposición del tipo y casi todos extremadamente serios. Algunos sonríen.

-Y así avanzó el mundo: tanta energía acumulada dio origen, paulatinamente y por millones de años, a más energía. Y allí, entre muchas especies, la nuestra fue la que más evolucionó -continúa con un tono sereno Quintiero, quien sonriente sigue paseándose por la sala.

Ferenc sospecha de algo. Pero no es el espíritu de él romper esquemas, por lo que decide no averiguarlo en el momento, sino que cuando tenga lugar el coffee-break. Le llama la atención cierto fastidio de un par de asistentes: la jefa del área solicitante de la capacitación y un integrante de la misma unidad, experto en capacitaciones. Pero Donato Quintiero sigue su relato y sin arrugarse. 

-Y luego llegó la imprenta y esto generó una forma distinta de hacer las cosas. Como también ocurrió con la Revolución Industrial, una...gran revolución, un cambio de paradigma, sin duda  -señala el risueño relator, ahora con un lápiz en mano y gesticulaciones afines a lo que dice, mientras se escuchan un par de carraspeos, algo de adrede, entre los asistentes. 

-Y sobrevienen las guerras. Y el siglo XX, que muchos vivimos, no estuvo exento a eso: en efecto, tuvimos una Primera Guerra Mundial, pero también una Segunda...-Donato continúa con una soltura y un aplomo envidiables...Y con su sonrisa rudolphyana. Un par de notorios carraspeos se agregan alrededor pero el tipo está inmutable. 

Pasa alrededor de una hora y media con este esquema: Ferenc, quien no sería un buen actor porque no sabe disimular una risa, hace esfuerzos denodados porque aquella no se note. Y a los dos alumnos/as que estaban presentes y molestos les pasa lo contrario: ni un sindicato de payasos podría hacerles superar la molestia.

-...Y así crecimos. Y como antes se hablaba de burgueses y proletarios, en otro momento de la historia, que tampoco se destacó por lo corto: muy por el contrario: fue muuuy largo, se habló de Guerra Fría y de comunistas y capitalistas. Y el mundo siguió girando y girando...Y hoy todo es más incierto -enfatiza, moviendo la cabeza y los brazos como alguno de los tantos personajes de Bodenhöfer, sin que se le borre la sonrisa.   

-Y hoy estamos donde estamos: con una incertidumbre que al menos nos brinda algunas certezas. Pueden haber terremotos, tsunamis, huracanes, diluvios y hasta pandemias, pero al menos el modelo económico funciona ...-justo en ese momento en que Donato hace el ademán de querer completar la frase, Alfonso, uno de sus críticos no confesos aún, hace un gesto como de atragantamiento... pero lo suficientemente leve como para que un par de compañeras presentes allí noten que está bien y luego den vuelta sus caras, con sonrisas de maqueta, dirigidas al relator.   

-...con muchos cuestionamientos y todo, pero funciona: hay una banca, hay inversionistas y gente que...¡vive muy bien! -complementa en forma muy histriónica Quintiero, mientras Alfonso hace por segunda vez el mismo gesto de atragantado, que conmueve en algo a quien está al lado: Marisa, quien es curiosamente la jefa solicitante de la capacitación.

-¡Disculpe, Donato! ¿Te sientes bien, Alfonso? -pregunta Marisa, haciéndose notar un poco pero con tino, sin llegar al escándalo, como esos personajes que tan bien ha interpretado la actriz nacional Silvia Santelices.

-Bien, gracias -responde erguido Alfonso, sin interés en agregar más, con esa versatilidad emocional que recuerda a los personajes de Mauricio Pesutic. Pasan algunos segundos que parecen eternos hasta que...

-...Como decía, hay gente que vive muy bien, pero desgraciadamente, y también hay que decirlo, gente que vive mal y muy mal -completa Donato Quintiero. Tras el cierre y una amable despedida de esta especie de introducción del taller, Marisa le pide a los 15 restantes asistentes que se queden allí para hablar acerca de aquello en lo que acababan de participar. 

-En algunos minutos más vendrá la relacionadora pública. Pero no me importaría que ella estuviera presente en este mismo momento...De todos modos tenemos que hablar con ella...¡Esto es una vergüenza! -enfatiza Marisa, mientras la mayoría se muestra muy sorprendida por la convicción con que su jefa lo señala.

-Y...concuerdo contigo. A mi pareció francamente una tomadura de pelo -pone de relieve Alfonso, serio aunque con serenidad.

-Sí...Yo no sé si asistimos a un festival humorístico o a una cámara indiscreta -añade con resignación Marisa.

-Como fuere, pareció que el libreto estaba perfecto...Por lo irrisorio -agrega Alfonso.  

-Y estos son recursos ya comprometidos: hay un contrato firmado con Total Wisdom...Y no es poca plata -lamenta Marisa.

En cinco minutos todos/as logran concordar en que detectaron cierta frivolidad del relator, pero mayoritariamente muy lejos de las expresiones puntuales de gravedad manifestadas al respecto por Marisa y Alfonso. Producido ese lapso llega la relacionadora pública, a quien le manifiestan su malestar y el deseo que haya una solución, dado que el curso es de cinco jornadas y ni siquiera va un tercio de la primera.

-Lamento que haya ocurrido esto. Todos los programas de Total Wisdom son vistos por el equipo directivo y contamos con personal docente muy completo y altamente calificado. Pero veré enseguida la solución, conforme a lo que ustedes requieren -dice la relacionadora pública, algo nerviosa pero sin perder la claridad de sus conceptos. Ella se va y, acto seguido, continúan los/as alumnos/as en la sala y, aunque estaban más tranquilos, no están del todo convencidos del éxito que la solución pudiese tener. Además, son las 11:15, ya habían perdido al menos media hora de la segunda parte de la jornada de capacitación "Liderazgo en equipos de alta competencia". 

Pasados unos diez minutos, regresa la relacionadora pública acompañada esta vez del relator de la siguiente parte del programa y quien se hará cargo de las lapsos que, conforme a la definición inicial, le correspondían a su colega Donato Quintiero. Sin embargo, la presentación del mismo tuvo ciertas peculiaridades...

-Les presentó a don Walter Maripán. Como ya tuvieron la introducción del profesor Quintiero, Walter se referirá a los fundamentos de esta importante capacitación...¿cómo era que se llamaba?...-hojea de inmediato las hojas de una colorida carpeta que llevaba en las manos. Los demás miran muy extrañados. No pasan más de cinco segundos, pero parecen eternos.
 
-¡Ah!, acá está: "Liderazgos para equipos de baja competencia". Eso es...

-¿No será "alta competencia"? -repone seria una asistente.

-...Perdón, tiene razón, "alta competencia". Discúlpenme ustedes -se corrige la misma relacionadora pública. El resto, si bien es cierto escucha a la dama y espera tranquilamente la intervención de Maripán, se queda mirando entre sí con cierta extrañeza.

-Bueno, en relación a Walter, él es un connotado académico de distintas universidades, con unos títulos impresionantes enmarcados en su casa...¿cierto, Walter? -cuando la tipa dice eso, no llaman tanto la atención las caras de incredulidad de la mayoría de los/as alumnos/as, pero sí la de Ferenc (quien está a punto de reírse, pero hace lo humanamente posible por contenerse) y la del aludido, quien está algo colorado, aunque intenta disimularlo con una sonrisa...Pero eso no es lo único.

-Me gustó cómo habla usted, con tanta seguridad - afirma la relacionadora pública.

-Perdón, ¿me dice a mí? -responde incrédulo Ferenc, quien, como está en el otro extremo, no creyó al principio que le dirigiera la palabra a él.

-Sí, usted y el señor que está al lado suyo. Realmente me agradó la forma de expresarse de los dos -la tipa se refería también a Alfonso, quien cautivó a ella por su rico léxico, a pesar que el hombre habló con dureza durante la veintena de minutos que involucraron el, por así decirlo, "análisis sobre el desempeño de Quintiero y la naturaleza del curso". Ferenc, sonriente, y Alfonso, amable pero algo extrañado (al estilo de algún personaje de Mauricio Pesutic), asienten sin exagerar gestos.

-Es que nos interesa también reclutar profesionales capacitados para nuestro cuerpo docente. Los necesitamos -añade la mujer, casi como con carita de pena. Al finalizar sus palabras, Marisa y un par de asistentes más carraspearon. "¿No era que tenían un personal docente muy completo y altamente calificado?", piensa Ferenc.

Acto seguido la mujer cede la palabra al relator y abandona la sala. Walter Maripán tiene un notable parecido a Juan Enrique Abello, actor colombiano: no tan alto como quien lo antecedió pero de un físico que luce armónico conforme a la tenida formal de tonos grises que luce. Es moreno pero tiene algunas canas en su pelo muy bien fijado con gel. Sus anteojos le dan el toque de seriedad tan característico del hombre que fue pieza clave en la telenovela "Yo soy Betty, la fea". Se acerca el momento clave...

-Hermanas y hermanos: al principio Dios creó al hombre a su imagen y semejanza...Y a la mujer también... 

Ciertas muecas se repetirán. ¿Será eso "Total Wisdom" o "Sabiduría Total"?

Comentarios