Chiquilladas

Buqué (foto sitio Blog Lisa Flores)
Por Gonzalo Figueroa Cea

Rodrigo Cross está muy enamorado de la "radi". Se imagina regularmente a la mujer, de abundante, brilloso y lacio cabello dorado, cabalgando velozmente sobre algún campo de hermosa vegetación... también dorada.

-Es delirante. ¿Es como un sueño recurrente tuyo? - infiere Renato Kanjaira, quien lo acompaña en una caminata provista del entusiasmo típico al que invita la tarde casi noche de un viernes muy veraniego, próximo a la Navidad del agitado 1988. 

-Algo así - enfatiza Rodrigo, a quien los ojos le brillan cada vez que habla de la muchacha.

-Y seguro que te la imaginas desnuda y montada en un caballo de colores- expone Kanjaira. Cross asume lo dicho como una provocación y empuja con la mano un hombro de su acompañante. Pero Renato apenas se mueve de la posición en que está y se ríe. 

-Tú no cambias...-responde un fastidiado Rodrigo, como complemento de su acción. 

-Pero estás caliente: no lo niegues...-contraataca el todavía risueño Kanjaira. 

-Me gusta mucho. Pero dejémoslo así, por favor, porque quizás... qué otra cosa dirías - se justifica Cross. Renato ríe más fuerte. 

-Igual lo importante es que estés seguro de lo que pretendes con ella...Porque todavía no pasa na'- responde el risueño. Ambos evitan proseguir la conversación por una cuadra. Rodrigo rompe el breve hielo. 

-¿Y tú para dónde vas? 

-Me juntaré con Hernaldo. 

-¿Ese dandy?... ¡Hace un buen tiempo que no veo a ese sujeto!... afortunadamente - dice Cross, quien deja en claro que Hernaldo no es de su simpatía. Kanjaira sólo ríe. 

-Nos juntaremos en los juegos de Los Cobres - aclara. 

-Pero ese no juega ni con bolitas y va a jugar "Space Invaders" y esas cosas...Además nunca le he conocido una mina -. Dicho esto burlescamente por Rodrigo, Renato se ríe más fuerte, pero moviendo la cabeza de un lado para otro. 

-Me llama la atención que te juntes con él. Deberías juntarte con Ferenc. Ese sí que es un buen cabro - añade Cross, una vez disminuida la risa de su interlocutor. 

-Bueno, los amigos son los amigos...Ferenc es un amigo también. Además no mires tan a huevo a Hernaldo: estudia derecho - responde serio y espontáneamente más erguido Kanjaira. 

-Se va especializar en minas... minas de yacimiento - bromea Rodrigo, antes de soltar una sonora risotada 

-Pero si está estudiando leyes, no ingeniería...Quizás como abogado se especializará en líos amorosos - retruca Renato, quien se ríe más fuertemente. 

-¡Yaaaa!

-Sii tienes algún lío con la "radi" a futuro, ya sabes a quien acudir - complementa el chiste Kanjaira. 

-Jojojo... - responde Cross. Su amigo vuelve a reírse. 

Llegan justo a la esquina donde cada uno debe tomar otros rumbos. Renato a juntarse con Hernaldo y Rodrigo a casa de la "radi".

-¡Que te vaya fantástico, compadre!

-A ti también, amigo. ¡Ojo!, con el Hernaldo. Ese tipo es de doble cara - le advierte Cross, seguro y sonriente, a Kanjaira.

-Y, ¡ojo, tú también, con la "radi", amigo! Sé que estás muy ilusionado y debe ser una buena chica, pero...

-Nos hablamos. ¡Chau! -. A Rodrigo le llama particularmente la atención la actitud de Renato en las últimas frases que pronunció antes de la despedida. Las dijo muy gravemente y, lo curioso, es que se caracteriza por ser un joven al que la ironía le calza muy bien al interactuar con los demás. La mayoría de las veces nadie sabe si habla en serio o en broma.

Rodrigo no va de traje formal, pero sí con unos vistosos suéter, bluyín y  zapatillas que le regaló su mamá. Va peinado con gel y lleva un muy notorio buqué de flores, además de un perfume. Todo de regalo para la "radi". Ella no está de cumpleaños, pero la especial motivación de Cross ahorra cualquier explicación. 

Desde una casa rosada suena fuertemente uno de los éxitos radiales del momento: "Eternal flame" de las Bangles. "Que delicioso tema. No cacho la letra pero como que la música y la forma de cantar de la minita me inspiran", musita el muchacho. Además una dulce voz femenina, que justamente imita a Susanna Hoffs (la cantante del cuarteto) se proyecta desde una ventana de la misma residencia. Rodrigo sonríe más y sus ojos se humedecen. Como que ya proyecta la noche ideal con la mujer de sus sueños. 

Pocos metros más allá, en una vivienda de color celeste, irrumpe otro hit aunque más fuerte y energético. Como que los parlantes fueran gigantes e invitaran por sí mismos a una fiesta. Es "Paradise City" de los Guns N' Roses. Como que la velocidad y fuerza de los latidos del corazón se le redoblan a Rodrigo, quien en un ataque de confianza escénica en la calle solitaria, se las da de Axl Rose e imita su voz y movimientos corporales. 

Algunos metros más allá, relajado, se da tiempo para algunas divagaciones mentales, entre ellas una de antología.

-Yo le llamo Claudia. ¿Por qué Renato le habrá puesto la "radi"?... ¿Será que es políticamente  radical? - piensa en voz alta. Luego se responde": "¡bah!, da igual". Va emocionado. Las palabras sobran.

Llega a la casa de la muchacha. Tras el timbrazo de rigor, segundos alguien abre el el portón y aparece: es el papá de ella. Es un hombre con pinta de abogado de bufete prestigioso: alto, delgado, de espalda derechita y caminar seguro, elegante, de anteojos... Pareciera que hubiese llegado del trabajo hace algunos minutos y que se hubiese sacado la corbata recién. Pero el tono es el amable de siempre. 

-Buenas tar... noches, señor Godín. 

-¡Rodrigo!, ¡qué sorpresa!... No esperaba verte. Pero, ¡por favor!, pasa, muchacho - responde el jovial padre de la "radi" a altura del portón. Una vez pasados ambos de ese límite hacia adentro, el dueño de casa le pide que espere un momento. 

-Veré si Claudia está visible. 

Dicho esto por el padre de la joven, las interrogantes se cruzan como flechazos de un lado para otro en la mente de Cross. "Sé que el papá es bien locuaz y muy amable cuando alguien viene a ver a Claudia, pero ¿por qué tanto ceremoniosidad y protocolo ahora para algo tan sencillo?". 

Pasa un minuto, dos, tres... Ya es bastante para una visita programada muy de antemano con la anfitriona, en un espacio que está muy lejos de ser una mansión y donde apenas vive una familia de cuatro integrantes y una mascota que, además, no se hace notar demasiado. Rodrigo está muy nervioso... De pronto aparece en el umbral de la puerta la "radi". Al visitante se le iluminan los ojos. 

-¡Rodrigo!, ¿cómo estás? ¡Y que puntual!: ¡justo llegas un minuto antes de las 20 horas o' clock! - expresa en un entusiasta y sonriente saludo la "radi". Cross sonríe espontáneamente y no puede disimular un brusco cambio de color en su tez de salmón claro a más oscuro.

-...¡Eeeeh!... ¡El gusto es mío! -subraya sonriente pero titubeante Rodrigo. Pero, curiosamente, el exceso de ceremoniosidad y el paso de los minutos (todo pareciera ir en cámara lenta) le empiezan a dar mayor confianza. Está muy seguro de lo que viene. "De la ilusión pasaremos a la concreción", piensa. Sólo resta un detalle: "¿Por qué todavía no me hace pasar al interior de la casa?". 

-Oye, espera un poco. Te tengo una sorpresa - indica la siempre sonriente "radi" antes de voltear la mirada hacia dentro y entrar nuevamente. Cross queda con cara de interrogante. 

Como la luz del living está prendida y es bastante fuerte alcanza a ver que se avecinan, por las sombras, "radi" y una silueta larguirucha, como un extraterrestre de historieta. La mueca de Rodrigo equivale al gesto de haberse tomado una copa de vinagre.  

-Mira a quien tengo acá - señala la muchacha sonriente al volver a aparecer. Cross sonríe también, aunque a esta altura más bien por buena crianza...La silueta aludida empieza a asomarse y adquiere forma humana. 

-¡Hola, socio!. Aquí estoy. No me contaste  que tenías una cita con nuestra amiga- saluda Hernaldo con pícara sonrisa. Casi inmediatamente él y la joven ríen como si tratara de una inocente travesura escolar. 

-¡Pero cómo!...¡si ibas a juntarte con Renato Kanjaira!

Esta historia continuará... 



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